Alex de la Iglesia, por medio de un artículo en El País anuncia lo que ayer adelantaba por medio de Twitter: dimite de la presidencia de la Academia de Cine en protestas al acuerdo entre el PP y PSOE para aprobar por medio del senado la mal-llamada Ley Sinde.

Creo que tenemos instalado el chip de la intransigencia desde hace tiempo. Hablé de ello en mi última película. La única manera de arrancárnoslo es mirar a la cara a la gente y decir lo que piensas con el convencimiento de que puede no ser cierto, que puedes estar diciendo o haciendo una tontería. No voy a dejar de discutir, pero francamente, prefiero hacerlo como director, que como presidente. Lo coherente es dejarlo. Acabaré lo que he empezado, eso sí, no quiero decepcionar a los compañeros de profesión, y prometo no empañar la ceremonia con este asunto. Quiero que sea la fiesta que todos esperamos. El debate continuará, pero en un lugar adecuado. Después de la gala, dimito como presidente. Seguiré siendo miembro de la academia, discutiendo y metiendo la pata como siempre, pero como director de cine, que es lo mío.

Alex de la Iglesia durante semanas ha hecho una labor de hormiga intentando entender las necesidades tanto de quienes están produciendo contenido, como aquellos que lo consumen, aquellos que lo divulgan, que lo promocionan sin ningún interés comercial (léase fanáticos que hablan, escriben y enlazan todo el día de sus artistas favoritos en internet), no en términos de "creadores" o "internautas", (etiquetas que han hecho más mal que bien) sino en términos de personas con diferentes necesidades pero no necesariamente excluyentes.

Alex es consecuente con sus palabras y con la posición que ha demostrado tener, con paciencia y dedicación por medio de redes sociales, usándolas como herramientas y no como una posición política de estar de uno u otro lado. Renuncia y demuestra lo que ya todos temíamos, la Ley Sinde no es por consenso (de los "creadores) como nos lo intentaron vender y el Ministerio de Cultura está intentando pasar una ley intransigente sea como sea, cueste lo que cueste.

Bien por Alex de la Iglesia y muy mal augurio para la Cultura en España que pierde al que probablemente fue el mejor Presidente de la Academia de Cine en los últimos tiempos. Es lo que tiene gobernar sin escuchar a quienes te eligieron.

Foto: Carlos Silva Benítez