Leía ayer varios artículos sobre la misma temática, todos en diferentes webs. Unos eran periódicos online y otros eran blogs, una curiosa mezcla a la hora de enfrentarse a un mismo tema. Leer por ejemplo lo ocurrido tras la huelga salvaje de los controladores aéreos en un medio de comunicación y en un blog es ciertamente un ejercicio que recomiendo. Lo que le falta a uno te lo da el otro y viceversa. El blog, por naturaleza, no tiene corceles en la escritura del autor. El blogger se explaya, escribe, de más o de menos, con más o menos sentido, con faltas o sin faltas de ortografía. Podría ser entendido como periodismo de guerrilla, pero si te llega, te llega con más fuerza. En el periodismo existen unas reglas, una línea editorial y unas normas de escritura en las que resulta tremendamente didáctico leer y entender los temas, la actualidad. A veces puede resultar frío, pero un buen texto escrito en un periódico sigue siendo la mejor forma de aprender, de conocer, precisamente por la característica que mejor define a un periodista, su capacidad analítica para contar lo que acontece.

Pues bien, ya sea el tiempo o (seguramente) la crisis como factor fundamental, existe un "monstruo" en cada redacción digital que difícilmente tiene fin. Desde el nacimiento de la web 2.0 hasta el trasvase (aún me pregunto si ya ocurrió) de los medios en Internet, la red nunca ha sido un negocio redondo. Ni antes de la crisis, ni evidentemente después, los medios han creado el mismo negocio que con el periodismo de papel de antaño y las grandes cifras publicitarias que se conseguían con páginas llenas de publicidad.

Llamémoslo sensacionalismo, aunque es un derivado y posiblemente tenga más que ver con la agonía de los medios de comunicación. Hablamos de la inmediatez de la noticia fría y vacía, la necesidad de ser el primero en lanzar un texto en el que lo de menos es el cuerpo y lo importante es el titular y aún más importante si existen y damos cifras, datos sin verificar que muestren la (in)exactitud de la nada. El New York Times arrojaba el fin de semana unas cifras que mostraban claramente la tendencia.

El caso del Daily Mail

Hablaba del caso del Daily Mail, periódico de News Corp, que casualmente fue de los últimos en sumarse al carro de Internet (hace dos años) pero que ha conseguido lo imposible. Os voy a dar unas cifras que marean, aunque lo que realmente "asombra" es la manera de alcanzarlas. Según la firma de investigación comScore, el Daily Mail tiene más de 32 millones de visitas al diario online al mes. Para que os hagáis una idea, se encuentra sólamente por detrás del New York Times.

La base fundamental de la web del Mail es, en primer lugar, alejarse de lo que entendemos por prensa seria. A diferencia del resto de periódicos online británicos, Daily Mail separa las redacciones y se olvida de la teoría que escuchamos en todas la redacciones, la "integración". De esta manera el Mail consigue el primer paso diferenciador, existe un público y un lenguaje para cada medio, de manera que ellos mismo han entendido que las necesidades en el papel y en Internet son totalmente distintas, con personal dedicado exclusivamente a la red.

La otra clave tiene que ver con el sistema de difusión a través de la red, es gratuito. Ahora que nos encontramos en un gran debate en torno a la necesidad (o no) de pagar por acceder a los grandes medios en Internet o de encontrar nuevas fórmulas a través de los dispositivos móviles, el Daily Mail apuesta por ser gratis. New Corps juega a dos bandas. Mientras The Times o News of the World ya son de pago y muy posiblemente el The Sun, el Mail apuesta por la libre circulación de sus artículos.

El problema viene por el contenido con el que ha conseguido ascender al olimpo en la web. Las noticias de corte sensacionalista, destapando las miserias de los famosos y su día a día, son la fórmula para haber ascendido y mantener a 32 millones de lectores al mes visitando la redacción online. El uso de titulares grandilocuentes, muchas veces falsos o manipulando la realidad, aseguran un posicionamiento elevado en las entradas de Google, fundamental para temas de "famoseo" donde existen miles de blogs tratando el mismo tema.

¿Qué es mejor en tiempos de crisis? ¿los números o el contenido? Es difícil saber, porque si bien la web ofrece mucha cantidad de lo mismo, hay pocas que ofrezcan calidad en vez de cantidad. En mi opinión hay que saber diferenciar y ahí radica el principal escollo del periodismo digital. ¿Qué quiere el lector en la red? Yo, como lector, lo quiero todo. Quiero inmediatez a la hora de saber lo que ocurre, pero también quiero un análisis y una versión crítica de la noticia. El caso del Daily Mail funciona ahora, pero no podemos esperar que a la larga se mantengan los lazos con el mismo número de lectores, ya que la relación era de conveniencia. Ni el lector pedía más, ni el periódico está dispuesto a darlo... o quizá sí, pagando.

2 respuestas a “¿Calidad o cantidad?; El caso Daily Mail y las claves para triunfar en Internet”