"El proyecto Orsai no es una revista: la revista es un catálogo del proyecto", me dijo Casciari, y veo que ya ha puesto una pizzería en la planta baja de la redacción de su futura publicación. Sí. Una pizzería. Empiezo a entender que esto va más allá de una revista, y me pregunto si tendré que cambiar todas las preguntas de la entrevista. Trajeron el horno desde el otro lado del océano Atlántico, mejor dicho, se trajeron a su pizzería favorita desde Mar del Plata, Argentina.

Vamos de nuevo. Para poner algo de contexto, y por si alguien no conoce a Hernán Casciari, diremos que es un escritor argentino radicado en Barcelona, muy conocido en la red por haber publicado una serie de blogonovelas pioneras en la literatura por internet y por mantener a unos lectores absolutamente hechizados por sus relatos publicados en su blog Orsai a lo largo de varios años. También es creador de Espoiler, un blog de El País donde se habla ficción televisiva y descargas, y de algo mejor aún: espoilertv.com, un sitio propio cuyo aviso legal es toda una oda a la sensatez. Ha publicado varios libros y hasta septiembre de este año era columnista de El País (España) y La Nación (Argentina). Hasta que hace poco más de un mes, renunció a sus columnas y a seguir enviando libros a sus editoriales habituales y anunció que publicaría una revista en papel, cumpliendo un sueño compartido con su amigo y ya personaje de sus relatos, el Chiri. Hubo quienes empezaron a llamarlo antisistema y cosas parecidas.

La cosa se pone más interesante (aún) cuando vemos que su proyecto editorial se basa en principios que no sólo no tienen nada que ver con lo económico, sino que parecen huir de ello: la revista se va a distribuir en cualquier lugar en el que un lector quiera leerla, prescinde abiertamente de intermediarios, y en cada país tendrá un precio similar a un libro de tapa blanda: todo esto se hará incluso aunque tengan que ir a pérdidas.

Definitivamente lo que está haciendo Hernán puede estar relacionado con futuros horizontes para la prensa, puede vagar en las cabezas de directivos de medios que se preguntan si están ante un revolucionario o simplemente un pirado, puede llenar de fe a todos los que creemos que el dinero no está delante de todo en este mundo, pero lo que está claro es que Hernán está muy seguro de lo que hace, que miles de personas están apoyando este proyecto, y que la intrepidez puede salir bien. Fuimos a felicitarle por su iniciativa y de paso le hicimos algunas preguntas:

Marilín Gonzalo - Todo el mundo buscando modelos para que las publicaciones digitales funcionen, y va el tipo que hace años publica en internet y presenta su nuevo proyecto que se basa en publicar en papel. ¿Por qué?

Hernán Casciari - Yo creo que el gran problema es "buscar modelos" (esa manía tan absurda que nunca da resultados felices, sino solo a veces resultados económicos) en lugar de mirarse bien adentro y preguntarse "qué carajo necesito". En mi caso, cada cosa que hago es para mi círculo íntimo. Empecé a escribir ficción en internet en 2003 jamás "buscando un modelo", sino porque me fui a vivir a otro lado y quería contarle los cuentos de siempre a mis amigos de Argentina. Cuando abrí Espoiler fue porque estábamos hartos, mi primo Guillermo y yo, de buscar y buscar descargas y subtítulos sin orden, con banner publicitarios infames, en webs desesperantes. Y la revista Orsai es una necesidad que tengo con mi amigo Chiri, de leer una revista como antes, como cuando las revistas estaban buenas. No buscamos modelos, nunca.

Si se me permite la metáfora, "buscar modelos" es buscar chicas lindas sin importar lo que tengan adentro. Si buscás modelos, lo que querés es coger. Follar. Pero uno ya tiene una edad, Marilín, en el que te importa más la serenidad de una pareja estable, inteligente, que te haga feliz.

M. G. - Justo en el momento en el que escribo estas líneas ya se han vendido más de 4.000 ejemplares del primer número de la revista sin que nadie haya catado nada todavía, ¿qué está pasando? ¿Esperabas de verdad semejante acogida?

H. C. - Cuando te respondo estas líneas se llevan vendidas 5.010, y cuando el lector lea esto serán un poquito más. Yo creo que lllegaremos a 10 mil el día de cierre de venta (el 10 de diciembre). Nosotros no esperábamos nada, solamente hacer una revista y divertirnos. Y es exactamente lo que está ocurriendo en casa.

M. G. - Desde hace tiempo la prensa escrita vende cada vez menos, ¿qué ha ido mal en tu opinión?

H. C. - La industria editorial vende cada vez menos porque la gente lee cada vez más. Parece paradójico pero no lo es. Es esa la razón. Lo que ocurre es tan simple que se convierte en una obviedad. ¡La gente empieza a hacer lo que se le antoja! Las empresas siguen promocionando productos (lea este diario, lea este libro, lea esta revista) y no se dan cuenta que es hora de promocionar sensaciones.

La revista Orsai hace todo al revés, por estrategia. Los lectores eligen el precio en cada país (jamás lo haría la industria); eliminamos intermediarios ineficaces que solo están ahí para encarecer los productos (jamás lo haría la industria); los lectores distribuyen y promocionan (la industria necesita manipular esos pasos); nosotros elegimos autores y temas pensando sólo en nosotros, en Chiri y en mí, en nuestros gustos (la industria no hace eso, es complaciente con un mercado que sospecha imbécil); impedimos a como dé lugar que nuestro proyecto se convierta en un negocio (la industria no puede hacerlo); nos divertimos como chanchos en el proceso (la industria se estresa en el proceso); contamos todo con honestidad y simpleza (la industria está acostumbrada a ocultar y a alardear de complejidad); no usamos la publicidad tradicional en ninguna dirección (la industria está atada al reclamo y la mentira, es su oxígeno).

Pero todo este párrafo se resume en un solo detalle: la industria hace productos para los targets, y ya estamos capacitados (como comunidad) a rebelarnos de ser target. Ya nos comunicamos entre nosotros. Ya podemos hacer proyectos, y no productos. Ya podemos promocionar sensaciones, deseos y sueños.

Y una vez que consigamos esto, ¿quién de nosotros querrá productos industrializados?

M. G. - La Revista Orsai se sustenta en varios pilares poco habituales: 1) todos podemos convertirnos en distribuidores de la revista y 2) dependiendo del país tiene un precio u otro. ¿Creés que lo que están haciendo es extrapolable a otras publicaciones o cada uno “tiene que hacer su propia revolución”?

H. C - El proyecto Orsai no es una revista. Digamos que la revista es un catálogo del proyecto. En ese proyecto global no existen dueños. El proyecto Orsai es código libre desde el punto que decimos cómo lo hacemos. Cualquiera puede hacerlo, ni siquiera es complicado.

M. G. - Ya sabemos que en la revista participarán grandes profesionales de la letra como por ejemplo Jose A. Pérez, ¿alguna pista más?

H. C. - Cada jueves hago un avance, en el blog. Hay grandes ilustradores (Alberto Montt, Omar Turcios, por ejemplo), grandes escritores (Juan Villoro, Agustín Fernández-Mallo), grandes periodistas (Alejandro Seselovsky, Hernán Iglesias Illa), enormes fotógrafos (Enrique Meneses), historietistas míticos (Horacio Altuna)... Hay mucho. Me sorprendo yo mismo al escribirlo.

M. G. - Todos tenemos una imagen de nuestro lector en la mente, aunque no sea cierta. ¿Con qué palabras describirías a los que han comprado ese primer número de Orsai?

H. C. - La palabra inicial es hartazgo. Se nota muchísimo que la gente está harta. Y la segunda palabra es fe. Confianza en que pase algo diferente de una vez. Lo noto también en las entrevistas que me hacen para prensa o radio. (Yo pensé que la prensa nos daría la espalda, a nivel corporativo; pero no pensé que cada individuo de la prensa es una persona harta, que nos llama y quiere hacer la nota, incluido el diario El País, del que renuncié.) Después de la nota, y siempre off the record, cada periodista me dice "Suerte, de verdad, mucha suerte con esto", y yo sé lo que me está diciendo ese colega. Yo sé muy bien lo que me dice.

Todo estamos queriendo que algo bueno ocurra con esto.

Foto: Sofía Lopez Mañán