Esta mañana me he encontrado con el simpático Doodle que aparece en la imagen, os recomiendo que visitéis Google porque es el primero (creo) de ellos que está animado y es curioso juguetear un rato con él. Esa molécula tan bonita es un Buckminsterfullereno, o lo que es lo mismo, una forma altotrópica del carbono, o lo que es lo mismo, el fullereno más pequeño, constituido por 60 átomos de carbono repartidos en 20 hexágonos y 12 pentágonos, donde los pentágonos no comparten ninguna arista en común ya que si no la estructura se desestabiliza.

Bueno, o esa al menos es la explicación más científica, en realidad el Buckminsterfullereno es una molécula muy simpática que se parece a una pelota de fútbol, a mí por lo menos me gusta un poco más esa descripción. Siendo un poco más serios la verdad es que el descubrimiento del Buckminsterfullereno hace 25 años (que es lo que conmemora el Doodle) supuso una auténtica revolución en campos como a electrónica, la nanotecnología o los inicios de lo que es ahora la computación cuántica, y muchas de sus consecuencias todavía siguen estudiándose hoy en día.

Reciben su nombre gracias a Richard Buckminster Fuller, un visionario ingeniero e inventor estadounidense que es conocido por ser el primero en descubrir (no en crear porque, técnicamente, ya existían) las propiedades de las cúpulas geodésicas, que pueden verse ahora en muchísimos sitios e instalaciones. Las cúpulas geodésicas pueden sostener su propio peso de manera infinita sin importar cuál sea su tamaño, teniendo en cuenta que los fullerenos son estructuras similares, os podéis hacer una idea de la resistencia, la estabilidad y las interesantísimas propiedades que estos compuestos tienen a un nivel molecular.

Hace apenas dos meses la NASA revelaba que había descubierto fullerenos en el espacio, son las moléculas más grandes que hayamos descubierto fuera de la Tierra. También se está estudiando su uso en Medicina, ya que podrían fijarse antibióticos específicos en su estructura para que atacasen sólo a determinadas células, las cancerígenas, ayudando así a la curación de esta enfermedad. Va a resultar, después de todo, que los fullerenos, los Buckminsterfullerenos y las formas alotrópicas de carbono (los tres son lo mismo) van a acabar siendo algo más que 'una molécula con forma de pelota de fútbol', pero bueno, la próxima vez que os pregunten que es un 'Buckminsternosequé' seguro que sabéis qué decir.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: