Gracias a la muestra de documentales Ambulante en México, ayer tuve la oportunidad de ver "Vivimos en público" (We live in public), un filme de Ondi Timmoner sobre la pérdida de la privacidad en Internet. Trata sobre la vida y obra de Josh Harris, uno de los pioneros del ciberespacio, quien profetizó en 1999 los efectos de las redes sociales.
Harris fue uno de los primeros inversores en la televisión por Internet, al fundar a finales de los 90's Pseudo.com. Adelantado a su tiempo, Harris vaticinó un canal con una gama de innumerables opciones, cada una diseñada para un público específico. En uno de los fragmentos del documental, Harris declara ante uno de los ejecutivos de CBS que planea desbancarlos con este modelo de transmisión.
Sin embargo, Harris era un personaje excéntrico, casi lunático. Sus legendarias fiestas y sus apariciones públicas vestido como payaso (con un alter ego llamado Luvie) alejaron a los inversionistas. Segregado por su compañía, tomó su dinero y se embarcó en uno de los experimentos sociales más controversiales de la época: "Silencio: Vivimos en Público"
Esta iniciativa -una mezcla entre un proyecto de arte y un campo de concentración- consistía en encerrar en un "hotel" bajo tierra en Nueva York a 100 artistas, filmando cada movimiento de los participantes. No había privacidad: desde la bañera hasta el comedor (e incluso el inodoro). Cada espacio estaba cubiero para proveer vigilancia las 24 horas. Además, instaló un televisor en cada cubículo, de modo que los canales que se podían sintonizar eran las otras habitaciones. (¿Les suena conocido?)
El objetivo de Harris era llevar al límite las consecuencias de una vida enteramente pública. Los habitantes no tenían que pagar nada. "Todo es gratis, menos el video que grabamos de tu vida. Ése nos pertece." afirma Harris en un fragmento del video. El resultado fue que cada individuo tenía el profundo deseo de reconocimiento y fama, aún si ésta significaba la completa renuncia de la privacidad. Claro, el resultado no fue gratuito: incluyó el colapso mental de muchos de los participantes. Al final, el 1 de enero de 2000, el experimento se interrumpió por intervención de la policia de Nueva York.
Tras el cierre de "Silencio", Harris decidió llevar su experimento al límite. Junto con su novia Tanya -ex presentadora de Pseudo- abrió el website weliveinpublic.com. El sitio consistía en la transmisión en vivo de cada rincón de la casa, convirtiéndose en la primera pareja en compartir en video cada aspecto de su vida. Aunque al principio resultaba gracioso, al final la relación colapsó. "En una relación de pareja, lo mejor que puedes hacer es callarte y escuchar. Cuando todo es público, es una lucha de egos", comenta Tanya en una parte del flime. Una escena es desgarradora: tras una pelea entre la pareja, la reacción inmediata de cada uno fue conectarse al chat para revisar las reacciones del público.
Harris termina en la bancarrota tras el colapso de la burbuja.com. En 2005 intentó regresar, las compañías no confiaban en sus excesos y excentricidades. "Andy Warhol se equivocaba. La gente no quiere 15 minutos de fama. Quiere 15 minutos al día", afirma Harris. Hace diez años, cuando no existía la banda ancha y muchos de los servicios que hoy consideramos casi indispensables eran un sueño, Harris intuyó con una clarividencia asombrosa las consecuencias de nuestra vida en línea.
El cierre del filme es contundente. Ondi Timmoner, la realizadora, analiza el valor de las redes sociales. "'¿Cómo es que Facebook llega a cotizarse en 15 mil millones de dólares? Nosotros le damos el valor". Timmoner explica cómo la publicidad se alimenta de las palabras clave de lo que compartimos en la red, regresando anuncios hechos a la medida de lo que se cree que nos gusta o no. Publicamos con gusto esa información para después consumirla. Bajo este esquema, la sentencia de Harris es escalofriantemente precisa: "Todo es gratis, menos el video que grabamos de tí. Ése nos pertenece."
Vivimos en público es parte de la Sección Oficial de Ambulante, y se presentará a futuro en las ciudades de Morelia, San Cristóbal de las Casas, Monterrey, Oaxaca, Tijuana, Guadalajara y Xalapa, en México. El documental ostenta el Premio del Gran Jurado (2009) por el Festival de Cine de Sundance. Les dejo con el tráiler por si gustan verlo.
(Por cierto, ¿saben qué fue lo primero que hice tras ver el documental? Publicarlo de Twitter.