En muchas ocasiones la realidad supera a la ficción, existen numerosos casos de este tipo que sustentan la afirmación anterior y con uno nuevo de ese estilo vengo ocurrido en un pueblo francés hace ya unos cuantos años.

El caso que nos ocupa hoy tuvo lugar por el mes de agosto de 1951, concretamente el día 16, cuando los habitantes de la población francesa Pont-Saint-Esprit enloquecieron en masa y sin causa aparente. Decenas de ciudadanos fueron internados en asilos de la comarca, al menos cinco murieron y hubo cientos de afectados.

Lo ocurrido no fue ninguna broma, los ciudadanos enloquecieron de verdad y comenzaron a tener terribles alucinaciones llegando incluso algunos al extremo de suicidarse. La prensa de la época nos da una buena visión de los espeluznantes momentos que se vivieron:

  • Un hombre trató de ahogarse a sí mismo gritando que su vientre estaba siendo devorado por serpientes
  • Un niño de 11 años intentó estrangular a su propia abuela
  • Otro hombre gritó “soy un avión” justo antes de saltar por la ventana de un segundo piso
  • Otro vio como su corazón se le salió del pecho y le pidió a un médico que se lo pusiera en su sitio

¿Y qué narices pasó? Pues bueno, la explicación oficial (que no aceptada por todos) era que el panadero de Pont-Saint-Esprit intoxicó de manera involuntaria a sus paisanos mediante el pan de ese día 16 de agosto que contenía una sustancia alucinógena natural derivada de los granos de centeno. Como digo, esta es la explicación oficial, pero ahora el escritor y periodista HP Albarelli Jr. asegura que los causantes del suceso fueron los de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense.

Albarelli descubrió una serie de documentos que sustentan la acusación mientras investigaba para su libro “A Terrible Mistake: The Murder of Frank Olson and the CIA’s Secret Cold War Experiments”. Este periodista y escritor asegura que tras la Guerra de Corea los servicios de inteligencia norteamericanos pusieron en funcionamiento un programa secreto que tenía por objetivo investigar sistemas para la manipulación mental de los prisioneros y las tropas enemigas, y una de las poblaciones que la CIA decidió usar para sus experimentos fue Pont-Saint-Esprit, la cual rociaron con LSD y también contaminaron productos alimentarios básicos con la misma droga.

Si la nueve tesis apuntada por este periodista es cierta o no nunca lo sabremos, aunque personalmente me inclino más por esta segunda que por la primera ya que las alucinaciones que los ciudadanos sufrieron no fueron ninguna broma y ese tipo de alucinación se consigue con químicos muy potentes.

Vía: Telegraph.co.uk

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