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Parece que al Gran Colisionador de Hadrones, el mayor acelerador de partículas jamás construido, le persigue una maldición o algo así. Nuevamente ha tenido problemas, aunque no tan graves como en capítulos anteriores.

Al poco de ponerse en funcionamiento sufrió avería seria, una fuga de helio provocó un estropicio considerable en el LHC que lo tuvo fuera de juego bastante tiempo. Posteriormente el reinicio se volvió a aplazar para añadir nuevas características. Finalmente, tras estos y otros problemas de menor calado, hace pocos días la gente del CERN anunció que la puesta en marcha de la máquina había comenzado nuevamente.

Pues bien, este martes el LHC sufrió un nuevo revés. Los científicos de guardia vieron que la temperatura empezó a subir de forma considerable (lo correcto es 2 grados por encima del cero absoluto), algo pasaba en una de las secciones con el sistema de refrigeración. ¿Cuál era el problema?

El culpable del mal funcionamiento del sistema de refrigeración no era otra cosa que un mísero trozo de pan, el cual produjo un fallo en la instalación eléctrica encargada del funcionamiento de la unidad de enfriamiento. No se sabe muy bien cómo llegó el pedazo de pan ahí, según un portavoz del CERN quizás se le cayó a un pájaro.

Por suerte en esta ocasión solamente se produjo un pequeño fallo y se espera que hoy el LHC recupere la temperatura correcta lo que permitirá que los trabajos continúen.

Dicho todo esto, tanto fallo no se debe a que el bosón de Higgs esté viajando en el tiempo para frustrar su propio descubrimiento (¿o quizás si?). Era algo que se esperaba ya que hay que tener en cuenta que el LHC es una máquina muy, pero que muy compleja. Finalmente espero que no aparezcan más problemas y el Gran Colisionador de Hadrones empiece sus investigaciones de verdad: muchos descubrimientos extremadamente interesantes pueden salir del mayor experimento científico de todos los tiempos.

Imagen: Popular Science