El binge watching o los maratones de series, como los que se dan algunos usuarios de plataformas de streaming como Netflix, HBO o Prime Video, pueden ser muy entretenidos para pasar el fin de semana; pero según la publicación de un nuevo estudio no son buenos para la salud. Y es que aumentan el riesgo de trombosis. Pero veamos qué han contado los investigadores al respecto.

Hace meses el riesgo de trombosis por las vacunas del coronavirus llenó la actualidad. Y es que tanto la inyección como la propia Covid-19 (sobre todo la segunda), pueden causar trombos. Pero antes de la llegada de SARS-CoV-2 a nuestras vidas el riesgo de trombosis ya estaba presente en nuestro día a día. Más allá de los atracones de series, la inactividad física es un factor de riesgo. Además, hay otros como el tabaquismo o la obesidad

Ahora, un metaanálisis publicado en la revista científica European Journal of Preventive Cardiology ha querido estudiar la posible relación entre hacer maratones de series (sin especificar plataforma, aunque Netflix es la preferida por los usuarios para este tipo de consumo compulsivo) y el aumento del riesgo de trombos.

Como decíamos, la inactividad física está muy relacionada con la aparición de las trombosis. De hecho, se ha visto que algunos pacientes que pasan mucho tiempo en sus camas del hospital tienen más riesgo de padecerlos. De ahí que no sea tan descabellada la idea de que la inactividad relacionada con los atracones de series conlleve un aumento en el riesgo de trombosis. Por esto, profundizar en el número de horas que se ve la televisión puede ser un buen lugar por el que atajar este problema.

Visionado de televisión y trombosis

Hacer ejercicio siempre será bueno para nuestra salud, excepto que haya contraindicaciones. Pero la norma es que la actividad física y mantener hábitos saludables (por ejemplo, no fumar o comer sano) nos ayudará a evitar ciertas enfermedades. Entre ellas, el tromboembolismo venoso (también llamado TEV; que comprende la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar). Sin embargo, parece que este nuevo estudio desvincula la inactividad física del propio hecho de ver la televisión durante periodos prolongados de tiempo.

"Las nuevas pruebas basadas en un metaanálisis de los estudios de cohortes prospectivos observacionales disponibles pueden respaldar una asociación entre el visionado prolongado de la televisión y un mayor riesgo de TEV, que es independiente de la actividad física", indica el equipo que ha realizado la investigación. "Realizar pausas frecuentes durante las actividades sedentarias prolongadas, como ver la televisión, manteniendo los niveles de actividad física recomendados, podría ser esencial para la prevención de la TEV. Todavía se necesitan más estudios a gran escala con altas tasas de eventos de TEV para explorar la asociación".

Asociación entre horas de televisión y TEV

En total participaron 131.421 personas, de las que 964 presentaron eventos de TEV

El estudio se ha realizado con tres cohortes publicadas entre 2016 y 2021. Este tipo de estudios sigue a personas a lo largo de un periodo de tiempo de su vida; se apuntan sus hábitos de vida y los problemas de salud que van teniendo. Los datos de las cohortes venían de Estados Unidos (dos de ellas) y de Japón (una). Estos estudios incluyen variables que se consideran de riesgo para las trombosis como la edad, el sexo, el índice de masa corporal y la actividad física. En total participaron 131.421 personas, de las que 964 presentaron eventos de TEV.

En el cuestionario, las personas que habían tenido eventos trombóticos señalaron que pasaban una media de cuatro horas diarias delante de la televisión. Debido a esto, los investigadores calculan que estas personas tienen un 35% más de probabilidades que las que no ven o rara vez ven la televisión de desarrollar una trombosis.

Limitaciones del estudio

No hay que dejar de hablar de las limitaciones de este estudio. Porque como todos los metaanálisis los tiene. Por ejemplo, hay pocos estudios que relacionen ver la televisión con el tromboembolismo venoso. Además, también hay que señalar que estos estudios están basados en encuestas; esto significa que es posible que la autodeclaración de los participantes sobre cuánta televisión ven esté algo alterada. Por otra parte, tampoco se puede saber con exactitud qué cantidad de horas hay que dedicarle a la televisión para que influyan en el desarrollo de TEV.

Todo esto apunta a que se necesitarán estudios más específicos. Pero eso no quita que podamos ya tenerlo en cuenta para nuestra vida diaria. Nadie dice que no podamos ver la televisión o disfrutar de un buen maratón de nuestra serie de Netflix preferida; pero quizás sí deberíamos hacer descansos para movernos para que nuestra salud no se resienta.

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