2015 no ha sido, ni de lejos, el año de Qualcomm. Su chip de cabecera, el Snapdragon 810, su primer chip ARM de 64 bits, no ha podido mantenerse a la altura de las expectativas y ha pasado por varias revisiones que intentaban corregir los problemas de un diseño apresurado, según fuentes del sector.
A esta percepción afecta también el avance de sus principales rivales Mediatek e Intel, la trayectoria imparable de Apple y Samsung diseñando sus propios chips —con los que evitan montar los de Qualcomm— a la que parece que se unirá Huawei de forma más completa en 2016. Los tres principales fabricantes de smartphones podrían no usar procesadores creados por el principal fabricate de chips móviles, al menos de forma parcial.
Ante tan preocupante perspectiva, la compañía de San Diego necesita dar una respuesta contundente. Envuelta durante estos años en disputas con gobiernos por el precio de sus patentes, despidos de plantilla, y con parte de sus accionistas, que querían que la parte de la compañía que gestiona las patetes se escindiera en una entidad independiente.
Apostando todo al rojo con el Snapdragon 820
Durante los últimos meses y por goteo, Qualcomm ha revelado las partes con las que contará su nuevo chip insignia. Realmente más que chip, es un conjunto heterogéneo de diferentes chips: el procesador tradicional (Kryo), el procesador gráfico (Adreno 350), el procesador de baja potencia (Hexagon 680, muy importante), un nuevo módem de hasta 600mbps con soporte para las conexiones WiFi más avanzadas. En general, es un salto de gigante comparado con el año pasado, y ofrece a los fabricantes muchos motivos para optar por incorporarlo en sus terminales.
Convence tanto, que los rumores hablan que Samsung volverá a montar el chip de Samsung en —al menos varias versiones— de su próximo smartphone de gama alta, el Samsung Galaxy S7, que deberíamos poder ver en primavera. Qualcomm ha rechazado siempre cualquier tipo de acuerdo al ser preguntada por Hipertextual en sendos eventos en Nueva York y Londres. Pero los directivos parecen confiados, hay mucho en juego como para fallar este año.
Los directivos de Qualcomm parecen confiados en que el Galaxy S7 incluirá el Snapdragon 820
Los ingenieros y científicos de Qualcomm volvieron a la mesa de diseño, y han entregado un producto inicial con mucho mejor rendimiento, menor consumo, mayor eficiencia. Está aún por ver qué hacen los fabricantes con él, en especial con la parte del procesador de ultra bajo consumo encargado de realizar instrucciones básicas pero muy repetitivas como calcular tus pasos o iluminar mejor una fotografía, todo ello sin despertar al procesador principal.
De momento el MDP, la plataforma de desarrollo móvil —un smartphone prototipo—, presentada por Samsung a fabricantes y a determinados miembros de la prensa, tiene resultados preliminares que parecen indicar que el chip estará a la altura.
Con Quick Charge 3.0, el Snapdragon 820 —además de otros modelos— hará que basten 30 minutos para llevar la batería de 0 a 71% según cifras de la compañía californiana, y que están condicionadas a que el smartphone concreto incorpore ciertos componentes concretos que gestionen la entrada de energía.
Más allá de Android
Esta nueva hornada de chips móviles, entre los que destacan el A9X de Apple, y el Snapdragon 820, están llegando al rendimiento que se espera de procesadores de un ordenador con un sistema operativo tradicional.
El nuevo chip soportará DirectX 12, una librería gráfica de Microsoft que permitirá a los fabricantes aprovechar al máximo las capacidades de Windows, y es que aunque Qualcomm no ha querido declarar aún nada, el Snapdragon 820 podría hacerse fuerte en Windows 10 también, dotando de terminales continuos: smartphones que se convierten en ordenadores o tabletas con un dock o un adaptador.