"Ande ande la marimorena". En muchos hogares se escuchan villancicos como este mientras se abren botellas de cava y sidra y se picotea entre las bandejas de turrones y polvorones. La estampa familiar, regada probablemente con discusiones sobre los resultados de las elecciones y reencuentros con nuestros allegados, se completará con el consumo de productos dulces y alcohol.En los últimos años ha aumentado el consumo de alimentos edulcorados y bebidas azucaradas
A la probable resaca y dolor de estómago que aparecerán a la mañana siguiente les acompañarán una cierta sensación de culpa. ¿Por qué cenamos y comido tanto entre ayer y hoy? Pero hasta que no terminen las fiestas navideñas nuestra alimentación se resentirá. Y la adicción al azúcar, en forma de consumo de dulces navideños o de bebidas azucaradas, afectará de forma negativa a los hábitos saludables.
Según Carmen Gómez Candela y Samara Palma Milla, de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz, los hidratos de carbono son la "principal fuente energética alimentaria en el mundo", debiendo "aportar entre el 50 y el 55% de la energía total de la dieta". En los últimos tiempos, sin embargo, el consumo de alimentos edulcorados o bebidas azucaradas se ha relacionado con un efecto más significativo sobre el índice de masa corporal (IMC).
La apetencia por los dulces
Es la primera vez que se identifica una hormona del hígado como "reguladora" de la apetencia por los dulces
¿A qué se debe la adicción al azúcar, o al menos, nuestra apetito por este tipo de alimentos? Dos nuevos estudios, publicados en la revista *Cell Metabolism*, han identificado un mecanismo hormonal que podría reducir nuestra apetencia por los dulces. La investigación realizada hasta la fecha se había centrado en analizar los mecanismos neuronales que regulan la adicción (un término conocido en inglés como craving). Aunque no es la primera vez que se evalúa el papel que tiene el hígado en la preferencia por unos alimentos u otros, este trabajo ha difundido la primera evidencia de que una hormona hepática podría determinar el consumo de azúcares y alcohol en modelos animales.
"Es la primera vez que una hormona fabricada en el hígado se relaciona con la preferencia por el azúcar o el alcohol en mamíferos", señala el Dr. Steven Kliewer. El hígado es clave en nuestro metabolismo. De acuerdo a los resultados publicados en *Cell Metabolism*, el órgano también se encargaría de producir la hormona FGF21 (factor de crecimiento de fibroblastos 21). En estos dos estudios independientes realizados en ratones y primates, los investigadores han visto que esta molécula se asocia con una menor preferencia por alimentos azucarados. En el caso de roedores, FGF21 también se relacionaría con una reducción de la apetencia por las bebidas alcohólicas.
Los resultados son muy preliminares, pero parece que FGF21 podría influir sobre nuestra adicción al azúcar
FGF21 tendría un importante efecto sobre el sistema nervioso central, disminuyendo los niveles de dopamina, un neurotransmisor que actúa en la vía mesolímbica dopaminérgica del cerebro. Esta ruta neuronal es conocida por los científicos por ser responsable de la creación de determinados hábitos de conducta tras estímulos específicos como la comida, la bebida, el sexo o drogas como la cocaína. La dopamina se asocia directamente con la preferencia por los azúcares, pero este neurotransmisor podría estar estar a su vez afectado por los niveles de la hormona descrita en estos trabajos.
"Nunca imaginamos que podría existir un factor derivado del hígado cuya función fuera controlar la apetencia por lo dulce", ha explicado Matthew Gillum, investigador de la Universidad de Copenhague. De confirmarse estos resultados en investigaciones con seres humanos, podría ser posible administrar FGF21 para "influir" en nuestra adicción al azúcar. Kliewer prefiere mantener la cautela, ya que sostiene que los sistemas de recompensa están fuertemente condicionados por el propio comportamiento. En el futuro veremos si se confirma la hipótesis planteada en estos dos trabajos, que podría ayudarnos a evitar la excesiva apetencia por los dulces navideños en fechas como estas.