Microsoft lleva 5 años intentando levantar la plataforma móvil por la que apuesta desde que abandonó Windows Mobile, pero en ese tiempo, el mercado ha estado muy polarizado en iOS y Android, y parece ser que seguirá así. Su propuesta era original, y en el mundo móvil representaba un cambio drástico frente a lo que iOS y Android mostraban. Hacía falta una alternativa, y el nuevo enfoque de Microsoft nos ilusionó a muchos. Pero por muchos motivos, Windows Phone no ha acabado de cuajar, siendo el primero de ellos la falta de aplicaciones, en cantidad y en calidad. En ese sentido, parecía que con Windows 10 Microsoft creía ciegamente que las aplicaciones universales no sólo eran el futuro de su ecosistema, sino que era lo que salvaría a la plataforma, atrayendo a desarrolladores, pero se ha rendido antes de luchar su batalla.

Y se puede ver en varios hechos que han ocurrido hoy, y otros que han ocurrido recientemente. Microsoft está cada vez más centrada en el "cloud-first" y en llevar sus servicios a todos. Sus aplicaciones de iOS y Android son superiores a sus hermanas de Windows Phone (a la espera de las versiones de Windows 10 en móviles, pero no sólo eso. Microsoft llegó a un acuerdo con Samsung para que aplicaciones suyas llegaran preinstaladas en los Samsung Galaxy S6, y hay más. Microsoft ha patentado una increíble funcionalidad multi-boot con la que podría instalar Android en sus smartphones, o cargar partes del sistema. Aunque no esté del todo claro, parece que Microsoft tiene interés en Cyanogen, uno de los aspirantes a hacer Android más libre, y podría invertir en la compañía como opción si Windows en móviles fracasara.

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Pero mucho antes que eso, Microsoft hoy se ha rendido, antes de probar si la estrategia con Windows 10 llegaba a funcionar. Según han anunciado en el Build, los desarrolladores de iOS y Android podrán portar sus apps a Windows 10 con poco esfuerzo. Es asumir, y esto es un hecho, que la plataforma no tiene ni tendrá el suficiente atractivo como para crecer por sí misma, incluso con la mentalidad de "desarrollar para una plataforma, es desarrollar para todas" con la que Microsoft integra PCs, tablets, smartphones y la Xbox.

Microsoft podría llenar la Windows Store de aplicaciones, pero perdiendo toda su imagen y diferenciación. ¿Qué le hace atractiva en ese caso?

Lo primero que podemos pensar es que tiene sentido. Si tan claro está que no van a crecer, es lo mejor que pueden hacer para intentar seguir en la lucha, o incluso intentar ganarla (aún tiene la baza, aunque débil, del escritorio). Pero traer apps ajenas a tu plataforma es, por una parte vender tus principios, y tu diferenciación. Microsoft no ha dado herramientas para adaptar aplicaciones de iOS y Android a sus guías de diseño, no. Ha dado herramientas para clonar. Y cuando tu apuesta por Modern UI es tan fuerte y peculiar, ¿cómo encaja con estilos radicalmente opuestos? Si las grandes aplicaciones se portan, y se acaban convirtiendo en las más usadas, ¿qué queda de Microsoft en la experiencia?

Por otra parte, no ha quedado claro cómo se actualizarán esas aplicaciones, y pasar por el proceso de conversión cada vez podría ser un poco engorroso para los desarrolladores o provocaría abandonos a medio plazo. Tampoco queda claro si la integración de esas aplicaciones con los Live Tiles será tan buena como la nativa, o qué pasará con aplicaciones que dependan de iCloud o de los Google Play Services.

En cualquier caso, pienso que con el resto de cosas que ha presentado hoy Microsoft, que particularmente me han encantado, tiene argumentos de sobra para valerse por sí misma y ser un player clave en el futuro.

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