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Una de las grandes joyas de las inmensas fábricas soviéticas fueron las robustas cámaras telemétricas Zorki. Se trata de una cámara fabricada en la Unión Soviética entre 1956 y 1973 por la compañía rusa KMZ (Красногорский Mеханический Завод, Krasnogorski Mejanichieski Zavod). Concretamente, su producción se encontraba en una ciudad cercana a Moscú de nombre Krasnogorsk.

Es sin duda una de las mejores máquinas que fabricaron los soviéticos durante aquellos años. Una época en la que la Unión Soviética pretendía competir con la industria norteamericana gracias a sus factorías repartidas por su extenso territorio. Pero la realidad era que las Zorki fueron diseñadas como copias casi exactas de las famosas y prestigiosas Leica alemanas, ya empleadas por los nazis durante la 2º Guerra Mundial con el objeto de documentar los combates. Entonces, ¿cuál era el secreto del éxito de estas cámaras soviéticas? Definitivamente, su bajo coste gracias a una producción más barata que las Leicas: las cámaras alemanas se fabricaban de forma artesanal en la localidad de Solms, en una empresa que comenzó su andadura en 1923, mientras que las Zorki eran montadas en grandes fábricas de procedimiento industrial.

Se fabricaron más de 5 millones de cámaras

Uno de los grandes secretos de su fabricación era la presencia de ingenieros alemanes y japoneses en sus factorías, prisioneros de guerra tras la caída de Berlín en 1945, además de la ingente cantidad de material trasladado a la URSS como botín de guerra. De esta manera, con el suficiente poderío técnico y humano, comenzó la era de las Zorki en la que se fabricaron en total más de 5 millones de cámaras y más de 6 millones de objetivos.

Pero la actividad de KMZ no cesaba con las cámaras fotográficas. En una época en la que industrias de todo el territorio soviético centraban su producción en material militar, esta empresa se dedicó a diseñar también otro tipo de artilugios óptico-militares: miras telescópicas, binoculares, telémetros… Incluso en 1955 KMZ diseñó una de las cámaras réflex más compactas jamás construidas, la Zenit.

Las Zorki fueron cámaras de funcionamiento telemétrico. Es decir, combinaban un telémetro independiente del objetivo que permitía enfocar mediante la superposición de 2 imágenes, con un visor óptico directo. De este modo, uno de los grandes beneficios de este tipo de cámaras era la obtención de fotografías claras y muy luminosas. Así, lograba enfocar correctamente cuando la imagen que se obtenía a través del visor coincidía con la imagen del telémetro.

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Obviamente, la calidad de los materiales y sobretodo, de las lentes, no era el mismo que las Leica. En el caso de las Zorki, éstas solían montarse con objetivos de rosca de 39 mm y una distancia de registro de 28,8 mm. Aún así, debido a que la fabricación de estas cámaras se prolongó durante casi 20 años, los cambios en los objetivos fueron constantes. Con los modelos iniciales, las Zorki se vendían con un objetivo Júpiter 8 2/50, con una construcción de 6 elementos y que era la copia casi exacta de los Sonnar de Carl Zeiss montados en las Leica. Más adelante, aparecieron otros modelos como los Industar 22 y 50, además del Júpiter 17, de los que se hicieron muy pocas unidades.

De este modo, con el éxito del primer modelo, la Zorki 1a, la industria soviética decidió continuar con su desarrollo. A este primer modelo le acompañaron poco después las Zorki 2, 3 y 4, siendo ésta última la cámara de mejor calidad y copia de la Leica M, gracias en parte a la labor de espionaje que mantenían en KMZ. Pero aún diseñando máquinas cada vez mejores, el reconocimiento de las Leica continuaba dominando el sector de la fotografía. Los alemanes empleaban mejores materiales que los soviéticos, fabricando las Leica con un cuerpo de bronce, mientras que las Zorki eran de aluminio.

Un artilugio de intrincado manejo

El primer paso era cargar el carrete. Se retiraba la tapa inferior, se extraía la bobina (de menor tamaño que en la Leica) para colocar el carrete, se colocaba de nuevo la tapa y por último se giraba la rueda de avance en el sentido de las agujas del reloj con el objeto de cargar el obturador y avanzar la película.

El siguiente paso consistía en ajustar la exposición. Debido a que estas cámaras tan antiguas no poseían un fotómetro, había que hacerlo a ojo: se cargaba el obturador para después elegir una velocidad de disparo. Más tarde había que enfocar. Para ello había que ajustar y hacer coincidir la imagen del visor con la imagen del fotómetro, logrando que estuvieran perfectamente superpuestas.

Por último, y no por ello menos complicado, se disparaba, teniendo cuidado en no tocar el anillo que rodeaba el disparador, ya que éste giraba y si se impedía su giro se corría el riesgo de inutilizar el obturador.

En la actualidad, si sabemos buscar, podemos encontrar algún modelo de esta mítica cámara, fácilmente confundible con una Leica original. Si es tu caso, en el siguiente cuadro podrás identificar el modelo que tengas en tus manos, conocer la fecha de fabricación y otros secretos:

ZORKI Cámaras