Los cineastas con mucha personalidad, sea esta más o menos digna de respeto por lo que aporta al séptimo arte en exclusiva, resultan temibles. El exceso de sus señas de identidad en un metraje suyo, de sus costumbres y tics audiovisuales, pueden abrumarnos e incluso descabalgar al espectador de una película. No cabe duda de […]