Hace 3.000 millones de años, mucho antes de que la vida multicelular existiera en nuestro planeta, dos agujeros negros se fusionaron provocando una violenta explosión. La colisión generó unos "ecos" muy tenues que se desplazaron por el cosmos, tal y como ocurre cuando lanzamos una piedra a un estanque y observamos las ondas que se […]