Seguro que conoces a alguien que debe lidiar continuamente con los famosos herpes labiales. De hecho, si no conoces a nadie puede que esa persona seas tú. Estas lesiones se deben a una infección causada por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) y, si se repiten tanto, es porque se trata de un virus que nunca se elimina por completo. Generalmente provocan infecciones más molestas que preocupantes. A veces, ni siquiera llegan a causar síntomas. Sin embargo, según un estudio recién publicado por científicos de la Universidad de Illinois, el virus podría escapar hasta nuestro cerebro y alterar nuestro comportamiento.

Cabe destacar que estos científicos han llegado a dicha conclusión tras realizar un estudio con ratones. Eso significa que los resultados no tienen que ser necesariamente extrapolables, de modo que no podemos estar seguros de que sea algo posible en humanos. Aun así, teniendo en cuenta que sí se ha encontrado cierto vínculo con el VHS-1 y las enfermedades neurodegenerativas y, también, que es un virus muy frecuente, vale la pena seguir ahondando en esa línea de investigación.

Los investigadores hacen un llamamiento a la calma señalando que, de ocurrir, no debe ser algo muy frecuente. Igualmente relatan que, si los efectos del virus del herpes sobre el cerebro son extrapolables de ratones a humanos, también podría serlo la solución que han descubierto en roedores. Hay mucho por estudiar aún; pero, desde luego, si se confirman estas sospechas, lo que está claro es que el virus del herpes no sería el primero en controlar nuestro cerebro. Hace mucho tiempo que se conoce bastante bien cómo logran hacerlo otros.

¿Qué es el virus del herpes simple tipo 1?

Hay dos virus del herpes simple, el tipo 1 y el tipo 2. El VHS-2 afecta más habitualmente a los genitales, mientras que el VHS-1 es más conocido por causar herpes que afectan a cualquier zona de la cara, pero sobre todo a los labios.

virus del herpes
VHS-1. Crédito: Thomas Splettstoesser (Wikimedia Commons=

Según la Organización Mundial de la Salud, el VHS-1 afecta al 64% de la población mundial menor de 50 años. Muchas de estas personas puede que no sufran nunca el más mínimo síntoma. Otras, en cambio, tendrán que lidiar con él muchas veces.

Esto se debe a que el virus del herpes simple 1, así como el 2, no se puede eliminar del organismo. Después de una primera infección, permanece latente en los ganglios, donde el sistema inmunitario lo mantiene a raya. El problema es que por estrés, alguna enfermedad o incluso por la menstruación el sistema inmunitario puede debilitarse momentáneamente, dejando vía libre al virus para volver a causar una infección.

En ese caso sí que puede exteriorizar sus síntomas mediante la formación de vesículas o pequeñas úlceras dolorosas en la piel. Esto, como ya hemos visto, ocurre sobre todo en el labio, pero el virus del herpes puede extenderse a otras zonas de la cara, como la nariz o los ojos. En estos últimos causa lo que se conoce como queratitis herpética. Uno de los síntomas de esta afección es el lagrimeo. Esto no es grave, pero es ahí donde puede empezar el viaje hacia el cerebro.

Un viaje a través de las nariz

Los autores de este nuevo estudio creen que el viaje del virus del herpes hacia el cerebro se produce a través de la nariz. Puede que el virus cause lesiones directamente en la nariz. Las vesículas están llenas de partículas virales, por lo que se dispondrían muchos virus en la propia mucosa. Sin embargo, también pueden  llegar a la nariz cuando la infección es de tipo ocular. Los ojos lagrimean y las lágrimas llevan las partículas virales hacia la nariz.

Una vez ahí, el virus puede aprovechar los nervios para viajar hacia el cerebro, donde, según esta nueva investigación, podría causar alteraciones del comportamiento. ¿Pero cuáles? Para comprobarlo, estos científicos infectaron a un grupo de ratones con el VHS-1.

células madre
El estudio se llevó a cabo en ratones

Ansiedad por virus del herpes

Tras infectar a los ratones con el VHS-1 se les hizo un seguimiento de 6 meses, que equivaldría a varios años en humanos. Así, se vio que en las etapas iniciales de la infección se producía una inflamación neuronal que podría pasar desapercibida. Sin embargo, con el paso del tiempo sí que se vieron síntomas. Y es que los ratones infectados tenían puntuaciones mucho peores en las pruebas de coordinación y memoria que los que no se habían expuesto al virus. Además, sus niveles de ansiedad eran mucho más elevados.

La parte positiva de todo esto es que se observó que para viajar a través de los nervios y llegar al cerebro necesitaban una enzima llamada heparanasa y, si se inhibía el gen necesario para sintetizarla, no se mostraba ningún síntoma cerebral del virus del herpes.

No se sabe si todo esto se podrá extrapolar a humanos, pero, aun así, el descubrimiento del papel de la heparanasa es una buena noticia. Recordemos que podría ser que este virus también tenga cierto papel, junto a otros factores, en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Quizás, el bloqueo de esta enzima sea clave para prevenir hasta cierto punto estas afecciones. Hay mucho que investigar, pero es una vía de estudio muy interesante.