Robert F. Kennedy Jr., el equivalente al puesto de primer ministro en Estados Unidos, no es precisamente la persona con mayores conocimientos sanitarios que Donald Trump podría haber puesto en el gobierno. Empezando porque es un reconocido antivacunas y continuando con su defensa de la leche cruda, la decisión de eliminar el flúor del agua corriente o sus teorías conspiranoicas sobre el VIH. Por eso, no resulta sorprendente (pero sí preocupante) su nueva idea sobre cómo contener el virus de la gripe aviar que lleva casi un año causando estragos en su país. Y es que, según él, la mejor forma de pararlo sería dejarlo correr.
Suena paradójico, pero es así. Kennedy Jr. opina que, de este modo, se podrían seleccionar los pollos que son naturalmente inmunes y que sean ellos los que se reproduzcan, para reforzar genéticamente las granjas. Visto así no parece tan descabellado, pero basta con analizar un poco la transmisión de los virus para entender que sí lo es.
Ya lo han avisado varios expertos, aunque, por desgracia, no son ellos los que tienen la última palabra. Afortunadamente tampoco la tiene Kennedy Jr. Las decisiones en materia de granjas sol del Departamento de Agricultura (USDA). Este podría imponer la cordura, pero su secretaria Brooke Rollins se ha mostrado en principio de acuerdo. Cuenta que ya hay ganaderos que están dispuestos a dejar que el virus de la gripe aviar corra por sus granjas, previamente rodeadas por un perímetro de seguridad. Creen que así se frenará la epidemia en las aves; pero la realidad es que si lo hacen no solo lograrán su objetivo, sino que aumentarán las probabilidades de que el virus adquiera las herramientas para extenderse entre los humanos. Si eso ocurre, podríamos estar ante otra gran pandemia.
Recuerda cómo se multiplican los virus
El virus de la gripe aviar, como cualquier otro virus, no puede replicarse por sí solo. Para hacerlo, necesita la maquinaria de replicación de las células a las que infecta. Por ejemplo, nuestras células cuentan con los componentes necesarios para poder replicar su material genético y multiplicarse. Cuando un virus nos infecta, secuestra toda esa maquinaria y la usa para poder multiplicarse.
De este modo, los virus empiezan a sacar copias de sí mismos que a su vez siguen generando más copias. ¿Y qué pasa cuando realizamos muchas veces una misma tarea? Que en un momento dado podemos tener un despiste y equivocarnos. A los virus también les pasa. Cuantas más copias sacan de sí mismos, más posibilidades tienen de cometer algún error. Esos errores son mutaciones que pueden tener tres efectos para el virus. En algunos casos son neutras. Ni les benefician ni les perjudican. En otros casos son negativas. Pueden incluso suponer la muerte del virus. Pero, por desgracia, a veces les benefician. Con una de estas mutaciones el virus puede, por ejemplo, adquirir la capacidad de infectar a otras especies o de hacerse más resistente.

¿Qué pasa si se deja libertad al virus de la gripe aviar?
Si se hiciese con el virus de la gripe aviar lo que propone Kennedy Jr., se le estaría dando la oportunidad de multiplicarse una y otra vez. Tendría a su disposición millones de aves de corral a las que secuestrar su maquinaria de replicación y, con ello, sacar copias. La probabilidad de que se equivoque con una de esas copias también es mayor, por lo que pueden darse más mutaciones. Lo ha explicado muy bien en MedPageToday el doctor James Lawler, del Centro Global de Seguridad Sanitaria del Centro Médico de la Universidad de Nebraska. “Cada nueva infección en un animal y persona es como lanzar un par de dados de mil caras”, explica. “Puede que lleve un tiempo, pero finalmente se le verán ojos de serpiente”.
Por otro lado, la doctora Gail Hansen, ex veterinaria de Kansas, ha relatado en declaraciones a New York Times recogidas por IFLScience que por la forma en la que se crían las aves actualmente no hay prácticamente variabilidad genética. “Son todos el mismo pájaro”.
Eso significa que no valdría la pena enfrentarse al riesgo de dejar que el virus mute, porque el resultado no podría ser beneficioso. Si no hay variabilidad genética, no va a haber pollos que sobrevivan y se puedan seleccionar genéticamente.
Todo esto supone más posibilidades de salto de la gripe aviar a los humanos
Desde abril de 2024 han muerto en Estados Unidos más de 20 millones de aves a causa de la gripe aviar. También han sufrido mucho las vacas lecheras y, en menor medida, algunos animales domésticos como los gatos. Incluso se han visto afectados algunos animales salvajes.

Con respecto a los humanos, se han infectado 70, de los cuales la mayoría han sobrevivido. Se calcula que 41 de esas personas se infectaron por contacto estrecho con balas lecheras y 26 con aves de corral. De los otros 3 no se conoce el origen de la infección, pero de momento se ha descartado que pudiese ser un contacto entre humanos. Y es que, por ahora, parece que el virus de la gripe aviar que está causando el brote en Estados Unidos tiene la capacidad de saltar de otros animales a humanos, pero no de humano a humano. Ese es el motivo por el que nos estamos librando de una posible pandemia. Sin embargo, si llega a adquirir las mutaciones necesarias para hacerlo, estaríamos perdidos. Más vale no dejar que se extienda entre los pollos a su libre albedrío, por mucho perímetro de seguridad que se coloque. No vale la pena correr el riesgo.