El Instituto de Oceanografía del Mar del Sur de la Academia China de Ciencias ha anunciado el inicio de construcción de un laboratorio submarino en el que los científicos podrán realizar experimentos a 2.000 metros de profundidad. Estas instalaciones serían algo similar a la Estación Espacial Internacional, pero en un ambiente acuático en vez de espacial. Sin duda, las condiciones son igual de extremas en un lugar que en otro. Además, en ambas estaciones se pueden extraer conocimientos científicos muy interesantes. Ese es el motivo por el que ya está en marcha la construcción de estas instalaciones con las que los científicos chinos llevan coqueteando durante una década.
Cabe destacar que no son los primeros en plantearse la construcción de un laboratorio submarino. En 2014, el científico conservacionista Fabien Cousteau, nieto del famoso Jacques Cousteau, pasó un mes en Aquarius, un laboratorio sumergido en las profundidades de los Cayos de Florida. Durante este tiempo se grabó un documental con el que se demostró que pasar tiempo en las profundidades oceánicas es posible si las instalaciones se diseñan a conciencia. Esto fue, para él, un experimento piloto de algo más grande. Una estación submarina, llamada Proteus, en la que pretende que tanto él como otros aquanautas (el equivalente acuático de los astronautas) puedan pasar periodos de tiempo aún más largos y realizar experimentos útiles para la conservación de los ecosistemas marinos.
De momento, Proteus es solo un proyecto. Los científicos chinos sí que han avanzado en la construcción de sus instalaciones y esperan que estén listas en 5 años. De todos modos, hay océano para todos. Los objetivos de ambos equipos son muy diferentes. Mientras que Cousteau habla del conocimiento profundo de los ecosistemas marinos, los chinos esperan poder entender la actividad geológica y biológica de un lugar muy concreto. Pero eso no es todo; pues, de paso, quieren desarrollar estrategias para combatir el cambio climático y alcanzar la neutralidad del carbono en 2060. Todos ellos son objetivos muy loables. ¿Pero cómo esperan lograrlo?
Tecnologías del cielo y la tierra para poder vivir bajo el mar
Según han explicado los científicos chinos, para la construcción de su laboratorio submarino han contado con tecnología tanto espacial como minera. Ambos son escenarios extremos en los que se necesitan mecanismos de soporte vital y de mantenimiento de unos parámetros confortables muy complejos.
Con todo ello, se ha comenzado a construir una estación que consta de varias cabinas. Una será para experimentos científicos, otra para control de la navegación, la tercera para detección multifuncional y las dos últimas para viviendas y energía auxiliar. El laboratorio submarino se está construyendo en el mar de China Meridional, a la altura de la ciudad de Guangzhou, y podrá albergar a 6 personas trabajando a la vez.

¿Qué se hará en el laboratorio submarino?
Al contrario que Cousteau, los científicos chinos tienen un objetivo muy específico: el estudio de las filtraciones frías. Estos son lugares en los que los fluidos ricos en hidrocarburos, como el metano y el sulfuro de hidrógeno, se filtran por las grietas en el fondo marino a causa de la actividad geológica o los cambios de presión.
En estas zonas viven organismos capaces de aprovechar la energía química procedente de esos hidrocarburos. Para ello, ni siquiera dependen de la luz solar. Esta es una de las cuestiones que quien investigar. Pero no solo eso. Las filtraciones frías también tienen un papel de gran relevancia en el ciclo profundo del carbono y podrían contener recursos interesantes sin explotar. Los investigadores chinos creen que todo esto aportaría información crítica sobre el clima terrestre, ya que el metano es un gas de efecto invernadero que se escapa del fondo marino e interactúa con los sistemas tanto oceánicos como atmosféricos. Comprender cómo funcionan todas las piezas de este engranaje es vital para estudiar formas de disminuir las emisiones de carbono de cara a un futuro.

Para estudiar todo esto, lo ideal, es tener a los científicos justo ahí. Se pueden usar robots submarinos, pero no hay nada como llevar a los investigadores al foco de la información. Además, igual que con Proteus, se espera que este tipo de instalaciones sirvan para entrenar a los humanos para someterse a ambientes extremos. Es el caso del espacio, pero también de los lugares cada vez más inhabitables que nos iremos encontrando en la Tierra.