Sientes que tu cuerpo no es tuyo, que lo estás viendo desde fuera. Sabes que lo que te ocurre es real, pero no es eso lo que sientes. Parece como si hubieses bebido 10 cervezas y tu cuerpo y mente flotaran, sin el más mínimo control por tu parte. Todas estas terroríficas situaciones son clásicos entre los testimonios de las personas con trastorno de despersonalización. Básicamente, es un trastorno mental que hace a quien lo sufre sentir que lo que le pasa no es real. Se ven a sí mismos desde fuera, como si fuesen otra persona.

El origen de este trastorno ha sido y en el fondo sigue siendo un misterio. Sin embargo, según ha explicado en un artículo para The Conversation la psicóloga Emma Černis, de la Universidad de Birmingham, el origen en realidad podría ser mucho más simple de lo que creíamos. Y es que, en realidad, la psicóloga explica que el trastorno de despersonalización es más bien el resultado de una marcada hipervigilancia.

Los síntomas característicos de la despersonalización son bastante comunes en todos los seres humanos, sobre todo cuando experimentamos estrés o ansiedad. De algún modo, es un mecanismo natural del ser humano. Si no le damos importancia, los síntomas a veces pasan sin que seamos conscientes de ello. Sin embargo, las personas con síndrome de despersonalización se asustan tanto cuando sufren esas experiencias que experimentan un gran estrés que a su vez desencadena más experiencias desagradables. Ese parece ser el origen de un trastorno que, en realidad, podría solucionarse o al menos tratarse con una mejor capacidad de comunicación.

No tenemos palabras para la despersonalización

En su artículo, Černis explica que uno de los grandes problemas de la despersonalización es que no tenemos palabras para definirla. Cuando las personas que la sufren llegan a consulta a menudo no saben explicar con claridad lo que les ocurre. Solo aciertan a decir que se ven desde fuera y que sienten que algo que les pasa no es real. En realidad, si lo pensamos, es una sensación que puede que hayamos sentido puntualmente alguna vez. Pero no supimos describirla.

Su origen puede ser similar al del dèja vu. Nuestro cerebro nos genera un recuerdo sobre algo que está sucediendo, como si ya lo hubiésemos vivido. Pero no es un recuerdo real. En este caso, lo que parece irreal es la propia experiencia. Los dèja vu se han estudiado con tal profundidad que todos sabemos lo que son y no tenemos problemas para describirlos cuando los experimentamos. En cambio, con la despersonalización no ocurre lo mismo. No se ha estudiado al mismo nivel y, por lo tanto, la población no sabe detectarla cuando le pasa.

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Durante la pandemia hablamos más abiertamente sobre la sensación de irrealidad. Crédito: Sylwia Bartyzel (Unsplash)

De hecho, Černis recuerda que el único momento de nuestra historia reciente en el que todos hablamos abiertamente sobre esa sensación de irrealidad fue la pandemia de COVID. Todos sentimos que estábamos viviendo en una película de ciencia ficción cuando salíamos a comprar evitando cruzarnos con otras personas y aferrados a nuestras mascarillas. Luego lo comentábamos en la primera llamada de zoom con amigos o familiares. Era algo que nos ocurría a todos y disponíamos de las palabras para expresarlo, pero no siempre es así de fácil.

¿Qué se puede hacer?

La psicóloga de la Universidad de Birmingham insiste en la importancia de divulgar sobre la despersonalización, tanto a la población como a los profesionales sanitarios. Explica que, a menudo, hay pacientes que pasan por multitud de especialistas sin una explicación real a lo que les ocurre. Otros llegan a dejar de contar lo que les pasa, pues piensan que, de todos modos, no van a encontrar una solución. Por eso es tan importante divulgar. Porque, para empezar, la sensación de que no están solos y que eso que les ocurre es mucho más común de lo que piensan puede ser el primer paso para sentirse mejor.

Todos hemos sentido alguna vez esas experiencias. Si no nos aferramos a la emoción, posiblemente no llegue a hacernos daño. En cambio, si nos aferramos a ella podría hacerse cada vez más recurrente, afectando a nuestro trabajo, nuestras relaciones familiares e incluso la memoria y la capacidad de concentración.

ansiedad
La despersonalización es una sensación normal ante la ansiedad. Crédito: Joice Kelly (unsplash)

De todos modos, la divulgación a la sociedad no lo es todo. También es importante seguir investigando el origen cerebral de la despersonalización. Debería conocerse, como mínimo, igual de bien que el dèja vu. Una vez que tengamos una idea de su origen y, sobre todo, palabras para definirla, todo será mucho más fácil para quienes la padecen. ¿Y tú? ¿Alguna vez has sentido que lo que te ocurre no es real?