Tenemos suerte de que el trineo de Papá Noel sea volador, ya que si solo dependiese de la nieve para desplazarse por el Polo Norte posiblemente tendría que ir pensando en un medio de transporte alternativo. El nuevo estudio publicado en Nature Communications por un equipo internacional de científicos no menciona a Santa Claus, pero sí que habla con preocupación de lo que podría ocurrir pronto en el Polo Norte por culpa del cambio climático. Si no se hace nada para remediarlo, el primer verano sin hielo en el Ártico podría ocurrir dentro de solo 3 años.

El deshielo del Ártico es algo que se ha estudiado mucho en los últimos años, ya que es un gran indicador del avance del calentamiento global. Este se produce cada vez más deprisa, con un aumento del 12% en su velocidad por cada década que pasa. Se considerará que el Ártico está libre de hielo cuando la extensión cubierta por este descienda del millón de kilómetros cuadrados. Todavía estamos por encima, pero si la situación sigue al ritmo habitual ese día llegará demasiado pronto.

Los autores del estudio han llegado a dicha conclusión a través de una serie de modelos informáticos desarrollados con base en los datos históricos. Estos siguen el ritmo establecido, pero eso no significa que no se pueda cambiar. Si se toman medidas para prevenir el cambio climático, quizás ese primer día sin hielo en el Ártico se pueda posponer un poco más. Si no lo hacemos por el planeta, hagámoslo para que los niños del futuro no tengan una imagen distorsionada de la casa de Papá Noel.

El peligroso avance de la pérdida de hielo en el Ártico

De momento, la superficie mínima de hielo en el Ártico se documentó en septiembre de 2012, con 3,4 millones de kilómetros cuadrados. En aquel momento se vinculó al fenómeno de La Niña, como algo puntual.

Sin embargo, la evolución con el paso de los años no ha sido mucho mejor. Este mes de septiembre se ha medido una superficie de hielo en el Ártico de 4,28 millones de kilómetros cuadrados. Entre 1978 y 1992, la media fue de 6,35 millones de kilómetros cuadrados, por lo que el área cubierta de hielo ha disminuido muchísimo. 

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Se considera que ya no hay hielo en el Ártico si la superficie helada baja de un millón de kilómetros cuadrados. Crédito: Brianna Marie (Unsplash)

La causa está clara: el cambio climático antropogénico impulsado por las emisiones excesivas de gases de efecto invernadero, especialmente dióxido de carbono. Está claro que hay que buscar formas de reducir las emisiones de cara a un futuro. También de captar el dióxido de carbono presente en la atmósfera. Solo así se podrá disminuir el avance tan terrorífico que plantea este estudio.

Un Polo Norte sin nieve para Papá Noel

Los estudios anteriores daban un rango muy amplio sobre la fecha del posible primer día sin hielo en el Ártico. Esta podría ser desde un día sin hielo en 2027 hasta ningún día sin hielo en 2100. Todo dependía del modelo que se utilizara.

Teniendo en cuenta en la media mensual de septiembre, se calculaba que las primeras condiciones libres de hielo podrían ocurrir entre 2020-2030 bajo todas las trayectorias de emisión y es probable que ocurran para 2050. Sin embargo, las condiciones diarias sin hielo de septiembre se esperan aproximadamente 4 años antes en promedio, con la posibilidad de preceder las métricas mensuales por 10 años. De cualquier modo, esto hace referencia a un día sin hielo. La situación más dramática llegaría cuando eso se extienda en el tiempo y es algo que también calcula el estudio. Específicamente, señala un potencial de condiciones libres de hielo en mayo-enero y agosto-octubre para el 2100 bajo un escenario de alta emisión y baja emisión, respectivamente.

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¿Qué hará Papá Noel sin nieve para su trineo? Crédito: Kraken Images (Unsplash)

Con este último estudio mucho más específico, en el que se tienen en cuenta las condiciones y los datos históricos, Para dar fechas más concretas, los modelos empleados en este último estudio se basan en los datos históricos y el avance actual del deshielo en el Ártico, concluyendo que lo más probable es que todo ocurra antes de 2030.

Es muy posible que en 2027 ya tengamos un verano con algunos días sin hielo y que en 2100 sean varios los meses en los que el Polo Norte deje de ser ese paisaje nevado de las postales navideñas. Puede parecernos lejano, pero está a la vuelta de la esquina. Se trata solo de una o dos generaciones. ¿Es ese el mundo que les queremos dejar? Como siempre, vale la pena pensar en ello.