Mientras que en España celebramos poder pedir un café por la app de Starbucks y que al llegar no esté preparado, en China puedes solicitar que un dron te traiga un bubble tea. Suena al año 2050, pero en el país asiático es una realidad al alcance de todo el mundo y que funciona maravillosamente bien. El vídeo viral es cosa de Living in China, un canal de YouTube que muestra cómo es la vida en el país de la Gran Muralla.
El sistema, aunque complejo de desarrollar, no puede ser más sencillo para el usuario. Basta con escanear un código QR, hacer un pedido a una de las cadenas adheridas al sistema y esperar a que tu comida o bebida llegue volando desde el cielo. En el panel que se muestra en el vídeo es posible ver un local de bubble tea, un KFC o un Subway.
¿Quién trae tu pedido? Un dron que vuela en piloto automático y que lleva acoplada una caja con el café o el pollo frito que has solicitado. De hecho, deja el paquete y se vuelve a ir en cuestión de segundos. Tú recoges tu comida, dejas la caja para que se pueda volver a utilizar y listo. Aquí tienes el increíble vídeo.
Es algo que Amazon lleva años probando y que solo ha conseguido oficializar en un par de lugares de Estados Unidos. Pues bien, en un parque aleatorio de China el sistema está tan automatizado que puede llevarte un bubble tea por unos 2 euros. Por muy loco y futurista que parezca, los precios son ridículos y no aumentan respecto a la carta tradicional del propio local.
El vaso de bubble tea que pide Living in China cuesta 2,62 euros al cambio. Estos precios son una buena muestra de que el sistema está afianzado, que tiene una muy buena rotación de ventas y que es fácil de implementar. De lo contrario, esta experiencia sería muchísimo más cara.
En China la seguridad no parece importarle a nadie
A pesar de que hablamos de 2050 y de una tecnología que parece muy futurista, la realidad es que ya está disponible. No es demasiado complicado montar el sistema que protagoniza el vídeo: hace tiempo que los drones pueden volar de forma autónoma entre punto A y punto B. Incluso de forma relativamente segura y tomando decisiones por sí solos en cuanto a esquivar obstáculos o elegir rutas alternativas.

La tecnología está ahí, y es posible implementarla en Pekín, en Madrid o en Manhattan, el problema radica en la seguridad. En China, las leyes, las regulaciones y las aprobaciones van por libre. Vemos cosas que no están en ningún otro lugar del mundo, y gran parte de culpa es que apuestan porque no pase nada.
En cualquier otro país del mundo, tener decenas de drones sobrevolando un parque con cajas pesadas sería una locura: en China no. Son aparatos peligrosos que pueden seccionar arterias o cortar dedos con facilidad, por lo que un margen mínimo de fallos sería suficiente para descartar esta tecnología por casi todos los organismos del mundo.
Ahora bien, dejando la seguridad a un lado, la próxima vez que visite China no voy a dudar ni un segundo en pedir y comer pollo frito repartido por un dron.