A veces, la sensación de beber cerveza puede ser muy similar a la de fumar marihuana. Somnolencia, un hambre voraz, desinhibición… Bueno, en realidad esto ocurre en cierto modo con cualquier bebida alcohólica, pero es cierto que parece más intenso con la cerveza. ¿A qué puede deberse? ¿Hay alguna relación entre ambas sustancias? Podría parecer una casualidad, pero la realidad es que sí hay un curioso parentesco. Y es que el cannabis y el lúpulo que se usa en la elaboración de cerveza pertenecen a la misma familia: las cannabáceas.
El lúpulo se extrae de la planta Humulus lupulus y la marihuana de la planta Cannabis sativa. Ambas pertenecen a la familia Cannabaceae, aunque sus usos son muy distintos. Es importante dejar claro que el lúpulo no contiene cannabinoides. Por lo tanto, beber cerveza no es equiparable al consumo de cannabis en ese sentido. Sin embargo, sí que cuentan con algunos terpenos en común que intervienen en el aroma de ambas sustancias y, en cierto modo, también en algunos de sus efectos.
Hay incluso quienes señalan que beber cerveza y fumar marihuana a la vez puede potenciar los efectos de ambas. Pero, antes de hablar de dicho parentesco, ya podemos adelantar que esa no es para nada una buena idea.
Primas lejanas, pero con algunos parecidos
Las flores secas del lúpulo llevan utilizándose en la elaboración de cerveza desde hace unos mil años. La elaboración de esta bebida es mucho más antigua, pero no se había aromatizado de esta forma hasta que los cerveceros alemanes descubrieron su aplicación allá por el siglo XI. De hecho, un dato curioso, según nos ha contado el biólogo experto en cerveza Óscar Huertas, es que la primera persona que describió el poder conservante del lúpulo fue una religiosa. La abadesa Hildegarda de Bingen observó mientras estudiaba la planta de la que se obtiene que no servía solo para dar aroma. También podía ayudar a conservar esta bebida tan consumida en su país.
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Existen distintos tipos de lúpulo, que aportan distintos aromas y sabores a la cerveza. Y todos tienen el mismo parentesco con la marihuana. Con esta última se utilizan preferentemente las hojas y los brotes, pues es ahí donde se concentra el tetrahidrocannabinol, ese cannabinoide responsable de los efectos psicoactivos de fumar marihuana. Al beber alcohol no sentimos esos efectos, pero sí que experimentamos los que ya hemos comentado. Ahora bien, ¿cuáles son los motivos?
Beber cerveza no deja de ser beber alcohol
A veces se dice que beber cerveza da mucha hambre porque el lúpulo está emparentado con el cannabis. Sin embargo, tomar cualquier otra bebida alcohólica causa los mismos efectos en ese sentido. En estudios con ratones se ha visto que cuando estos consumen alcohol aumenta muchísimo la actividad de unas neuronas llamadas AGRP. Estas son las que se asocian con la sensación de hambre. Además, los ratones comieron notablemente más en ese caso. Sin embargo, cuando se inhibía artificialmente la acción de estas neuronas, daba igual el alcohol que tomaran. Los ratones seguían comiendo con normalidad.
Es bien sabido que el alcohol actúa sobre el sistema nervioso y esta es otra forma de hacerlo. Ocurre con cualquier bebida, no solo al beber cerveza. Los motivos por los que el cannabis da hambre, en cambio, son otros.
Terpenos que marcan la diferencia
Los terpenos son unas sustancias químicas de origen vegetal, responsables normalmente de los aromas característicos de las plantas. Pero su única función no es dar olor. Pueden tener otros muchos efectos, tanto positivos como negativos.
Las plantas de la familia de las cannabáceas tienen muchos terpenos, algunos individuales y otros comunes. En el caso del lúpulo, por ejemplo, abunda uno conocido como humuleno. También se encuentra en el cannabis, pero en menor cantidad. Algo curioso es que, sumado a los cannabinoides que solo se encuentran en el cannabis, puede bloquear esa sensación de hambre característica de beber cerveza y fumar marihuana.
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Pero no es una buena idea combinar ambos hábitos, ya que uno de los factores en común del lúpulo y el cannabis es que pueden producir un efecto de somnolencia o mareo que, combinado, llega a ser peligroso. Más aún en combinación con alcohol. Y todo eso sin olvidar que incluso el consumo separado de ambas sustancias ya tiene suficientes efectos adversos como para evitarlo.
Sí que es cierto que la combinación de terpenos del lúpulo y el cannabis les dan unos aromas similares. En el caso de la cerveza, se pierde parte del aroma durante la elaboración de la bebida. Por eso la cerveza no nos huele a marihuana. Pero, si nos fijamos, sí que hay ciertos matices en común.
De cualquier modo, no perdemos nada por insistir de nuevo: ni la cerveza ni la marihuana son saludables. Sus perjuicios son muchísimos mayores que sus beneficios. No saques de este artículo ninguna excusa para consumirlos.