Cualquiera que tenga la regla ha vivido alguna vez ese momento incómodo de levantarse de una silla en un lugar público y ver una mancha de sangre. O se ha atado una chaqueta a la cintura para que los demás no vean el pantalón manchado. Incluso, en casos extremos, ha visto con espanto cómo la sangre empezaba a bajar por sus muslos. Sí, esta es una realidad de la que se habla poco, porque la menstruación se ve prácticamente como un tabú que hay que mantener en secreto. Y es justamente por eso por lo que quizás no se haya avanzado lo suficiente en el desarrollo de productos menstruales que eviten todas esas situaciones incómodas.
Un equipo de científicos de Virginia Tech, en Estados Unidos, son muy conscientes de este problema. Por eso, han desarrollado un material que aumenta la absorción y evita las fugas. Además, es antibacteriano y biodegradable, por lo que se solventan algunos de los problemas típicos de los productos menstruales convencionales.
Lo más interesante de este material es que es aplicable a todos los productos menstruales. No todas las personas que menstrúan tienen las mismas necesidades y preferencias. Hay personas que no soportan ver la sangre en la copa menstrual, o que sangran tanto que las compresas no son suficientes. También hay quien no quiere tener nada dentro de la vagina durante mucho tiempo o que por alguna discapacidad no puede hacerlo. Por todo eso, el material diseñado por estos científicos sirve tanto para compresas como tampones y copa menstrual. Veamos en qué consiste exactamente.
Haz este experimento
¿Tienes la regla? Este experimento puede ser un poco asqueroso, pero es fácil de hacer para comprender el problema principal de ciertos productos menstruales. Los científicos de Virginia Tech tomaron una compresa con sangre y la apretaron. Aunque el material había absorbido el líquido en su totalidad, al apretarlo este volvió a salir. Esto se debe, lógicamente, a que la sangre es muy fluida. Necesitarían volverla espesa de alguna forma.
Por eso, probaron varias mezclas de materiales hasta conseguir uno capaz de convertir la sangre en un gel.

Un único material para todos los productos menstruales
La mezcla ganadora es un polvo a base de alginato y glicerol, al que también se añade un polímero antimicrobiano.
Al añadirlo a una compresa, la sangre se convierte automáticamente en gel y ya no se sale al apretarla. Pero no ocurre solo con estos productos menstruales. Los científicos comprobaron que también se gelifica en tampones y copas menstruales.
Por otro lado, el polímero antimicrobiano impide en gran medida el crecimiento de bacterias como la Staphylococcus aureus, responsable del temido síndrome de shock tóxico. Si a todo eso le sumamos que es un material biodegradable, los productos menstruales tendrían todo lo necesario para cubrir las necesidades de la mayoría de personas que los usan.

Es necesario seguir estudiando productos menstruales
En un comunicado emitido por Virginia Tech, estos científicos recuerdan que los tres principales productos menstruales que se usan hoy en día tienen alrededor de un siglo de antigüedad. Las compresas se inventaron en 1888, los tampones en 1933 y la copa menstrual en 1937.
Aun así, no se han estudiado lo suficiente. De hecho, esta misma semana se ha publicado otro estudio en el que sale a la luz la presencia de metales tóxicos en tampones de distintas marcas. La muestra de análisis ha sido muy pequeña, solo 30 tampones. Tampoco se sabe con seguridad qué proporción de esos metales pasaría al torrente sanguíneo. No obstante, es un estudio muy representativo, pues demuestra la poca atención que ha puesto la ciencia en estudiar los productos menstruales.
Avances como el de estos científicos de Virginia Tech son lo que necesitamos, por lo que sería estupendo que pueda estar pronto en el mercado. La mitad de la población, aproximadamente, tiene la capacidad de menstruar. Se calcula que estas personas pasan alrededor de 6 años de su vida sangrando. Merecen productos seguros y eficaces, por eso es tan necesario que se siga investigando.