Este domingo, 2 de junio, el derrumbe de un edificio en Turquía causó la muerte de una persona y dejó 8 heridos de distinta gravedad. La situación podría haber sido incluso peor, pues los escombros cayeron cerca de los pasajeros que se disponían a subir a un minibús y que lograron escapar por los pelos. Todo fue muy repentino porque no hubo nada que avisase del peligro: ni una explosión, ni un terremoto… Nada. Las autoridades están investigando cuál pudo ser el motivo. Aún hay muchas dudas al respecto, pero el hecho de que el edificio se construyese con arena de playa no ayuda demasiado.

Esto no es algo único del edificio de Turquía. En 2009, un terremoto en la región italiana de l’Aquila dejó al descubierto que muchos edificios en esta zona se habían construido con arena de playa. Más tarde, en 2021, el derrumbe de un edificio en Miami llevó a la misma conclusión: posiblemente se había caído por haberse levantado con ese mismo material.

La arena de la playa es abundante, barata y fácil de obtener. No es extraño que en el pasado se utilizase bastante para construir edificios. Incluso hoy en día se usa en algunos lugares. Por desgracia, actualmente se conocen muchos motivos por los que es una malísima idea utilizarla. Los edificios que se construyeron con ella y aún siguen en pie pueden correr el mismo peligro que el edificio de Turquía, el de Miami o todos los que colapsaron en Italia. Por eso, las autoridades de cada país deberían decidir qué se puede hacer al respecto. 

El caso del edificio de Turquía

El edificio de Turquía tenía cinco pisos. Los tres inferiores estaban ocupados por empresas y los dos de arriba por viviendas. Se construyó hace 36 años, aunque algunas de las plantas se añadieron muchos años después de forma irregular.

Estas irregularidades posiblemente estarían unidas a pocas medidas de seguridad. Si a eso le sumamos que se construyó con arena de playa, está claro que el riesgo de derrumbe era alto. Y no es el único. Se calcula que actualmente hay en Turquía 200.000 edificios que necesitarían reparaciones para evitar accidentes. En ellos viven 3 millones de personas, por lo que es importante hacerlo rápido. Se debe prestar especial atención a aquellos que se construyeron con arena de playa. ¿Pero por qué?

edificios derrumbados
En Turquía hay alrededor de 200.000 edificios en riesgo de derrumbe. Crédito: Caglar Oskay (Unsplash)

Los riesgos de edificar con arena de la playa

Hay principalmente dos motivos por los que es peligroso construir edificios con arena de la playa. En primer lugar, esta contiene todo tipo de sustancias tóxicas, desde plásticos hasta residuos de escorrentía de la industria química.

Esto puede poner en peligro a las personas que construyen los edificios y a las que más tarde viven o trabajan en ellos. Pero eso no es todo. La arena de la playa también suele contener grandes concentraciones de sal. Esta promueve la corrosión de los metales que se encuentran en la estructura de los edificios y también puede dañar el hormigón.

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La arena de la playa puede tener muchos contaminantes peligrosos. Crédito: Jim Gade (Unsplash)

Por eso, con el tiempo los edificios se vuelven mucho más débiles y es más fácil que se derrumben ante cualquier perturbación. En el caso del edificio de Turquía, se ha comprobado que no hubo ningún movimiento sísmico. Ni siquiera uno muy pequeño. No habría sido raro, pues la ciudad de Estambul, donde tuvo lugar el derrumbe, se encuentra cerca de la falla de Anatolia del Norte, en torno a la cual suelen producirse grandes terremotos. Si se cayó sin el más mínimo temblor, la situación en el caso de un terremoto habría sido desastrosa.

Por eso es tan importante revisar todos estos edificios. Y también es esencial abandonar por completo el uso de arena de la playa en construcción. No solo por estos riesgos, sino también por cómo perjudica a los ecosistemas marinos y a la propia integridad de las playas. Cada cosa en su lugar. La arena en la playa y los edificios sobre sus cimientos, con materiales robustos y que no comprometan su estructura.