El año 2024 probablemente será recordado por el regreso de las comedias que combinan varios géneros a la vez. De El especialista, que mezcló con habilidad, acción, humor y aventura, al drama fantástico Amigos imaginarios, con su exploración del duelo en clave de comedia. Lo cierto es que el cine, en la actualidad, regresó a varias de sus mejores propuestas clásicas. Todas, sostenidas sobre la capacidad de una historia para entretejer varios tonos y ritmos a la vez, sin perder su capacidad para hacer reír, llorar o solo, reflexionar. 

No obstante, Hit Man (2024), que puedes ver en Netflix, es sin duda el mejor de todos estos híbridos de argumento y puesta en escena estrenados recientemente. Dirigida por Richard Linklater — que también escribe el guion junto Glenn Powell de Cualquiera menos tú, que protagoniza — se trata de una adaptación del artículo del mismo nombre del periodista Skip Hollandsworth. La investigación, publicada en la revista Texas Monthly en 2001, sigue los pasos de un supuesto sicario, admirado y temido por la mayor parte del departamento de Policía del estado. No obstante, lo que comienza como una mirada acerca de la violencia institucionalizada, termina por describir el cómo el supuesto agente Gary Johnson, no solo no tenía credenciales como funcionario. Tampoco tenía habilidad alguna para disparar. ¿Cómo consiguió pasar desapercibido? Actuando y pasándola bien, según la investigación de Hollandsworth.

Hit Man

En ‘Hit Man’ el humor y la acción se mezclan en una combinación inteligente de diálogos y escenas callejeras, que logra un singular y efectivo equilibrio. El director, Richard Linklater, logra no solo convertir la extraña historia real en que se basa la película en una premisa burlona sobre la identidad. También, obtener la mejor actuación de Glen Powell hasta la fecha. El resultado es una cinta memorable que entra a engrosar lo más destacado del año.

Puntuación: 4.5 de 5.

La esencia de este relato disparatado, llega a la pantalla grande, como una rara visión acerca de un humor retorcido y un argumento lleno de giros inesperados. El resultado es una historia que mantiene sus secretos ocultos, a medida que avanza en la trama central. A saber, Gary Johnson (Glen Powell), es un profesor de Nueva Orleans que colabora cada cierto tiempo con los agentes de la ciudad. Pero lo que empieza como un servicio técnico, se convierte, de manera inesperada, en la tapadera para que Gary finja ser un policía encubierto y después un asesino. Todo, en medio de lo que parece la gran aventura de su vida. 

La crónica del desastre en 'Hit Man'

Por supuesto, algo semejante está destinado a salir mal. Pero antes de eso, Hit Man saca el jugo a su actor. Glen Powell, que hasta ahora se dedicó a papeles más o menos semejantes entre sí, logra esta vez un registro único. No solo por su capacidad para transformarse, sino al mostrar una vena humorística con un toque de sofisticación que sorprende. Gary descubrirá que hacerse pasar por un asesino es una puesta en escena, lo que incluye disfrazarse — y fingir ser — un hombre diferente cada tanto.

Hit Man alcanza varios de sus mejores momentos mientras Powell cambia de pelucas, ropa, acento al hablar e incluso en forma de caminar. El director logra que la cámara se convierta en un observador curioso de esta transformación exuberante y singular. Pero la cinta no se trata solo de una colección de disfraces o lo que parece la diversión perpetúa de Gary. El argumento se vuelve progresivamente más complejo y con algunos matices oscuros. En especial, cuando su protagonista termina por volverse un camaleón que va transformándose a mayor gloria de su en apariencia inofensiva mentira. Para su primer tramo, Hit Man mostró que su guion tramposo esconde más allá de las risas, un trasfondo peligroso y un posible riesgo. 

Que es lo que pasará, cuando Gary vaya al encuentro de Madison (Adria Arjona, de Andor), que le intenta contratar para una misión enigmática. Para la ocasión, Gary se transforma en Ron, una especie de estereotipo de un sicario seguro de sí mismo que exuda sensualidad. Para Gary, se trata de otro punto en su larga exploración de su segunda identidad. Pero para su futura cliente, se trata de exigir — y pagar — por acto que potencialmente cambiará su vida. 

La doble mirada de un interesante dilema

Uno de los puntos mejor logrados de Hit Man es tener la capacidad de transformarse de una aparente comedia romántica en una peculiar historia sobre la edad adulta. Gary, que podría ser solo un payaso o un mentiroso estafador según cómo lo retrate la trama, es, en realidad, un hombre solitario en mitad de un duro momento de su vida adulta. Richard Linklater, veterano en historias densas que se muestran de a poco, utiliza el extraño argumento para meditar sobre la soledad. A la vez, sobre la forma en que ser adulto, implica volverse una copia barata — en el caso de Gary — de las mejores aspiraciones personales.

Pero Hit Man no es sermoneadora o tampoco, intenta dar lecciones de ética. En lugar de eso, utiliza sus escenas de acción — todas bien logradas a través del uso de dos cámaras — para crear la sensación que ocurren muchas cosas a la vez. Gary, que solo pretendía divertirse con la máscara de un falso e inofensivo asesino, termina por encontrarse en una situación caótica. Eso, mientras su vida se hace pedazos, comprende que su vida es un fracaso en muchos aspectos y que el personaje que levantó del sicario, responde a muchas angustias silenciosas de su vida. 

Al otro extremo, Madison lleva a Gary a lugares y experiencias que nunca pensó vivir. Y como si eso no fuera suficiente, que pulverizan el punto que este último tenía sobre su vida. El guion mezcla entonces un relato sobre cómo aceptar la vida y sus cambios, con varias de las mejores escenas de acción del año. Para sus últimas secuencias, la película se hace más frenética y pendenciera, pero también más profunda. A medida que su protagonista descubre que las máscaras y disfraces le mostraron partes suyas que no conocía, esta cinta en apariencia sencilla se vuelve más inteligente y compleja. Su punto de mayor interés y sofisticado sentido del absurdo. 

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