La nuclear es una de las formas de obtener energía más controvertidas. Por un lado, es cierto que se elimina de la ecuación la emisión de gases de efecto invernadero, por lo que es mucho más eficaz para combatir el cambio climático. Pero, por otro, entraña una serie de riesgos que no podemos dejar de tener en cuenta. Las centrales nucleares de Chernobyl o Fukushima son un buen ejemplo de lo que puede ocurrir si se produce un fallo humano o un desastre natural que ponga la estabilidad de la reacción contra las cuerdas. Por eso, muchos científicos ya confían en el reactor nuclear tipo natrium como una opción limpia y segura para el futuro.

La primera central nuclear con uno de esos reactores se está construyendo ya en Kemmerer, Wyoming, de la mano de Terra Power, una empresa creada en 2008 por Bill Gates. La selección del lugar no es casual. Además de haber tierras propicias para su construcción, Wyoming es el estado del país con una mayor producción de carbón. El objetivo sería trasladar a los trabajadores de esa industria contaminante hacia la basada en el reactor natrium. Así, nadie sufriría por el cambio.
La construcción de las instalaciones está en marcha, pero los permisos pertinentes para llevar a cabo la reacción de fisión nuclear aún no han llegado. De hecho, se espera que tarden aproximadamente dos años. Si todo va bien, el reactor nuclear natrium estará en marcha para 2030. Bill Gates y su equipo disponen de 6 años para convencer a los científicos recelosos de que realmente es una opción segura. ¿Pero en qué consiste exactamente?
Fisión nuclear tradicional frente a reactor nuclear natrium
En general, un reactor nuclear consiste en un dispositivo en el que se produce la división de los átomos de un elemento radiactivo, normalmente uranio. Es una reacción en cadena, por la que las partículas generadas chocan con otros núcleos, provocando que se dividan también. Además, es una reacción exotérmica, en la que se libera muchísimo calor. Ese calor se utiliza para convertir agua líquido en vapor, que posteriormente moverá las turbinas que ayudan a producir energía eléctrica.
Todo esto es común tanto a los reactores nucleares tradicionales como a los de tipo natrium. La diferencia está en el mecanismo de refrigeración. En un reactor nuclear se produce tanto calor que la presión puede aumentar muchísimo, hasta producir una explosión. Sería algo similar a lo que ocurre cuando se calienta un globo. Las partículas de gas se mueven más deprisa, aumenta la presión y este finalmente explota.

Si esto ocurriese en el reactor nuclear, se liberarían al ambiente grandes cantidades de uranio radiactivo. Chernobyl es un buen ejemplo de lo gravísimo que puede ser que eso ocurra. Por eso, se utilizan camisas de agua que circulan alrededor del uranio para enfriarlo. Lamentablemente, esto supone dos problemas. Por un lado, que el agua solo puede absorber calor hasta los 100 ºC. En ese momento se transforma completamente en vapor y ya no puede enfriar más, por lo que es necesario bombear más agua. Ese bombeo requiere electricidad, por lo que un corte de luz accidental podría provocar que deje de bombearse y que el reactor se sobrecaliente. De nuevo, la probabilidad de explosión aumenta.
Los reactores tipo natrium cambian el agua por un metal líquido, en este caso sodio. Su punto de ebullición es 8 veces mayor que el del agua, por lo que pueden absorber muchísimo más calor. Además, no es necesario bombearlo. A medida que se calienta, sube, pero entonces se enfría y puede volver a absorber calor. Por eso, si hay un corte eléctrico, el reactor seguiría enfriándose correctamente.
Algunas reticencias
Desde que Bill Gates anunció que construiría en Wyoming un reactor nuclear Natrium, ha habido muchos científicos recelosos. De hecho, la Unión de Científicos Preocupados lanzó un informe en el que señalaba que estos tipos de reactores también pueden implicar riesgos. Por ejemplo, sería tan eficiente que sería necesario un aporte mucho mayor de uranio, que pondría la central nuclear en el punto de mira de posibles terroristas. Además, consideran que no se han hecho suficientes pruebas que demuestren realmente esa seguridad frente a posibles apagones.
Creen que habrá que estudiar más el procedimiento. De momento, la Comisión Reguladora Nacional de Estados Unidos ya está revisando la petición de Terra Power para construir el reactor Natrium. Serán ellos quienes finalmente decidan si hay motivos para seguir adelante. Bill Gates y su equipo confían en que así será. Y, sin duda, si cumple lo que prometen, será una verdadera revolución en el campo de la energía nuclear.