Cualquiera que haya asistido a una charla divulgativa sobre astronomía habrá escuchado en el turno de preguntas a alguien que quiere saber qué ocurriría si caemos en el interior de un agujero negro. Esta debe de ser una de las preguntas que más escuchan los astrónomos. Por eso, un astrofísico de la NASA, Jeremy Schmittnman, ha querido dar una respuesta de una vez por todas, gracias a una de las supercomputadoras más potentes de la NASA. 

En su simulación, que puede verse en el canal de YouTube de la agencia espacial, se retrata lo que ocurriría si una cámara viaja hasta el agujero negro y cae en su interior. Es importante recordar que si se ha dedicado a simularlo es porque no se puede hacer en la vida real. Nada puede escapar del interior de un agujero negro, ni siquiera la luz. Por eso se dice que son negros. Lógicamente, ni con la mejor de las naves espaciales ni con la cámara más resistente se podría evitar este destino.

De hecho, es algo difícil de ver incluso con una simulación. Utilizando un ordenador convencional, se habría tardado más de una década en procesar toda la información necesaria. Sin embargo, gracias al superordenador Discover del centro Goddard de la NASA, se ha conseguido hacer en 5 días. Y utilizando solo un 0,3% de su potencia.

En busca del mejor candidato

Nadie puede viajar al interior de un agujero negro, no importa su tamaño. La atracción gravitatoria que ejerce es tan grande que, una vez superada cierta distancia, conocida como horizonte de sucesos, todo cae hacia su interior, destrozándose en el camino.

No obstante, si tuviéramos que elegir, sería mejor un agujero negro supermasivo. Los más pequeños, con una masa equivalente a la de un máximo de 30 soles, tienen un horizonte de sucesos más reducido.

Cuando un cuerpo se acerca a un agujero negro, su extremo más cercano recibe una atracción gravitacional mucho mayor que el otro extremo. Esta suele ser suficiente para superar las fuerzas de cohesión de las partículas del objeto, de tal manera que este se estira, adquiriendo una forma muy alargada. Se trata de un fenómeno conocido como espaguetificación y tiene lugar mucho más deprisa con agujeros negros en los que el horizonte de sucesos es pequeño.

Por eso, aunque no podríamos escapar de ninguno, al menos un agujero negro supermasivo daría algo más de margen de movimeinto. El elegido para la simulación de la NASA es muy parecido al que se encuentra en el centro de la Vía Láctea. Cuenta con una masa de 4,3 millones de veces la del Sol y un horizonte de sucesos de 25 millones de kilómetros. Por lo tanto, la espaguetificación se produciría, pero algo más tarde, justo al saltar al interior del agujero negro. 

YouTube video

Viaje al interior de un agujero negro

En esta simulación de la NASA vemos el viaje que recorre una cámara hasta el interio del agujero negro. Inicialmente se ve el agujero negro, que se acerca poco a poco al foco. A su alrededor gira un disco de radiación y materia, justo antes de caer dentro. Este se conoce como disco de acreción y llega hasta el horizonte de sucesos. Pero, además, en la parte central, vemos un fino círculo, conocido como anillo de fotones, compuesto por la luz que órbita a su alrededor. 

espaguetificación
Crédito: Laura A. Whitlock, Kara C. Granger, Jane D. Mahon (Wikimedia Commons)

Lo que ocurre paso a paso puede verse explicado en el propio vídeo, pero también en un comunicado de la NASA. A grandes rasgos, a medida que la cámara se acerca al agujero negro y alcanza velocidades cada vez más cercanas a la de la luz, el brillo del disco de acreción y las estrellas de fondo “se amplifica de la misma manera que el sonido de un coche de carreras que se aproxima se eleva en tono”. 

“En el camino, el disco del agujero negro, los anillos de fotones y el cielo nocturno se distorsionan cada vez más, e incluso forman múltiples imágenes a medida que su luz atraviesa el espacio-tiempo cada vez más deformado”.

Jeremy Schnitmman, astrofísico de la NASA

Por otro lado, en el horizonte de sucesos, incluso el espacio-tiempo fluye hacia adentro a la velocidad de la luz. Cuando esto ocurre, “tanto la cámara como el espacio-tiempo en el que se mueve se precipitan hacia el centro del agujero negro”. Una vez allí, las leyes de la física, tal y como las conocemos, dejan de funcionar.  

Pero ya está todo perdido. Una vez que la cámara cruza el horizonte de sucesos, su destrucción por espaguetificación tarda solo 12,8 segundos. Después de eso, llega la nada. 

Por lo tanto, lo que se puede ver en esta simulación es el camino hacia el interior de un agujero negro. Una vez allí, ya no queda nada por mostrar, porque sería imposible que cualquier instrumento sobreviva. Sea como sea, el vídeo es lo más cerca que estaremos nunca de este enigmático viaje. Vale la pena verlo. 

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