O.J. Simpson, la estrella de futbol americano que jugó en la NFL, murió hoy a los 76 años, víctima de un cáncer. Si bien la carrera de O.J. estuvo llena de logros durante su paso por los Bills de Búfalo, su vida quedó marcada tras el asesinato de su ex esposa, Nicole Brown, quien fue apuñalada en su casa de California el 12 de junio de 1994. Tras los hechos, Simpson se convirtió en una figura central en uno de los juicios penales más infames (y mediáticos) de la historia de Estados Unidos.
Para entender un poco el suceso, tenemos que hacer un análisis de su vida, la cual estuvo llena de logros, fama y excesos. O.J. Simpson nació en San Francisco, California, el 9 de julio de 1947. De orígenes humildes, Simpson saltó a la fama como jugador de futbol americano profesional tras fichar por los Bills de Búfalo en 1969. Durante más de 11 temporadas, el corredor estrella batió múltiples récords y se convirtió en el primer jugador en conseguir más de 2.000 yardas en una temporada.
Fuera del campo, O.J. Simpson cultivó una imagen pública de personalidad carismática y afable, lo que lo convirtió en una figura querida en la cultura pop estadounidense durante la década de 1970. Esto último jugó un papel importante en el denominado "juicio del siglo", cuando se le acusó de doble homicidio.
Los asesinatos de Nicole Brown y Ron Goldman
La tarde del 12 de junio de 1994, O. J. Simpson y Nicole Brown acudieron a un recital de su hija en la escuela Paul Revere. La pareja tenía más de dos años de haberse divorciado, luego de un matrimonio marcado por el abuso físico y emocional. Tras el evento, Brown se fue a cenar con su familia, mientras que Simpson terminó en un Burger King con uno de sus amigos.
El cuerpo sin vida de Nicole Brown fue descubierto a la media noche, gracias a los ladridos de su perro que alertaron a un vecino. Al verle las patas ensangrentadas, el hombre llamó a la policía, quien encontró a Brown en el patio de su casa, tirada sobre un charco de sangre. A unos cuantos metros también se encontraba el cuerpo de Ronald Goldman, amigo de Nicole y supuesto amante.
De acuerdo con los médicos forenses, Nicole Brown murió a causa de un corte en la yugular, mientras que Goldman sucumbió tras 17 puñaladas. Los asesinatos habrían ocurrido entre las 10:15 y 10:40 p.m., minutos antes que O.J. Simpson partiera al aeropuerto de Los Ángeles para tomar un vuelo programado a Chicago.
A medida que se difundió la noticia de los asesinatos, aumentaron las especulaciones sobre posibles sospechosos y motivos. La atención se centró en O.J. Simpson, cuya tumultuosa relación con Nicole había sido bien documentada en los medios.
Tres detectives del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) acudieron a la mansión de O.J. Simpson para notificarle la muerte de su ex esposa. Tras no recibir respuesta, brincaron la cerca y encontraron evidencia que lo ligaba al crimen. Manchas de sangre en la puerta de su coche y un guante Aris Isotoner con sangre serían suficientes para emitir una orden de captura contra Simpson.
O.J. Simpson, de estrella de la NFL a sospechoso de homicidio
Las actividades de O.J. Simpson durante la tarde-noche del 12 de junio de 1994 fueron objeto de intenso escrutinio y especulación. Según su relato, Simpson afirmó que pasó la noche en su casa de Brentwood, Los Ángeles, preparándose para viajar a Chicago al día siguiente. Sostuvo que no tenía conocimiento de los asesinatos hasta que recibió una llamada de la policía esa misma noche.
Sin embargo, los testimonios de vecinos y testigos indicaron que el Ford Bronco blanco de Simpson estaba estacionado afuera del complejo de condominios de Nicole en el momento de los asesinatos. Además, un conductor de limusina que tenía previsto transportar a Simpson al aeropuerto testificó que vio a Simpson entrar a su casa poco antes de las 11:00 p. m., lo que contradice la afirmación de Simpson de que había estado en casa toda la noche.
La popularidad de Simpson le garantizó unos días de libertad. Pese a tener una orden de arresto, los detectives no lo detuvieron a su regreso, sino que le pidieron un autógrafo y acordaron no hacer un escándalo. No obstante, su carisma no lo salvaría de la cárcel y a cinco días de los asesinatos, O.J. Simpson se entregó tras protagonizar una infame persecución en la autopista de Los Ángeles.
Tras un juicio televisado de principio a fin, O.J. Simpson fue declarado inocente del homicidio de Nicole Brown y Ronald Goldman. La fiscalía cometió errores garrafales durante el proceso, siendo el guante Aris Isotoner la pieza clave que dejó en libertad a Simpson.
Tras años de escándalos, arrestos y una confesión tardía, O.J. Simpson murió de cáncer a los 76 años.