En el año 2005, la película Sr. y Sra. Smith, jugó con la idea de un secreto potencialmente destructivo entre una pareja de casados. Pero no solo se trataba de la idea de una mentira que terminaba por implosionar un mal matrimonio. También, que dos agencias contrarias de espías, empleador de cada uno por separado, los terminaba por enfrentar entre sí en una pelea a muerte. La premisa, encabezada por Angelina Jolie y Brad Pitt — que terminaron por enamorarse en el set — causo furor. No por su originalidad, sino por sus posibilidades al momento de analizar la doble dimensión de un mal matrimonio en contraposición de un trabajo peligroso.
La versión de la cinta para televisión producida por Prime Video, sigue en forma general ese relato. Pero además y con habilidad, utiliza el mayor tiempo en pantalla para narrar lo que acontece en medio de un matrimonio en que lo único cierto es el asesinato. En esta ocasión, John (interpretado por Donald Glover) y Jane (Maya Erskine de Samurai de ojos azules), saben que estar juntos es parte de un objetivo mayor.
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Contratados por la agencia HiHi, de la que conocen poco, deben lidiar con la convivencia. Tanto el uno como el otro, son inteligentes y hábiles, como para que sus capacidades se refuercen entre sí. En medio de todo, el romance surge de manera orgánica, natural y creíble. Pero al contrario de lo que podía pensarse, eso no les ayuda a cumplir su misión.
Durante sus episodios iniciales, los agentes reciben su primer encargo, lo que, además, requiere que pongan límites para evitar que cualquier sentimiento pueda afectar el trabajo. En una decisión inteligente, el guion de Francesca Sloane pone de relieve las diferencias entre uno y otro. John obedece órdenes, mientras Jane es más controladora, eficaz y decidida a llevar a cabo lo que se necesite. Algo que será esencial, para comprender su comportamiento, cuando los dos comprendan que no tienen idea de quién en realidad los contrató o sus intenciones.
Un final ambiguo para una serie llena de misterios
Mientras los capítulos avanzan, esa consciencia clara de quién los envía a recopilar información o matar se hace más dura de sobrellevar. Mucho más, al conocer a otros Smith, esta vez mayores y con más experiencia. Los viejos Jane (Parker Posey) y John (Wagner Moura), dejan claro que la agencia no les permitirá escapar. Mucho más, que no podrán, bajo ningún aspecto, evitar que la compañía les controle de manera sádica.
Uno de los métodos, es el de presionar a los agentes principales interpretados por Glover y Erskine a que se asesinen entre sí. Lo que logran al alentar la ambición de Jane por avanzar en la escala corporativa y alimentar sus ambiciones. Eso, al mismo tiempo de hacerle creer que John le engaña y que, como no, está planeando matarla al menor descuido. La serie es una inteligente colección de trampas, que hacen suponer que la pareja tendrá que decidir entre asesinarse entre ellos o morir ambos. Lo que para sus últimos capítulos se hace más evidente.
Lo que lleva al juego final que concluye — por ahora — la producción. Luego de fallar en varias misiones, John termina por considerar abandonar, mientras Jane recibe la encomienda de matarlo. Pero al final, ella comprende que está enamorada y que la posibilidad del futuro, es mucho más firme y real para ella, que seguir matando en una misión opaca. Sin embargo, cuando ambos deciden escapar, la agencia, HiHi, utiliza su carta bajo la manga. Que no es otra, que enviar a la pareja de Smith mayores a exterminarlos.
Enfrentarse a una versión más violenta de su trabajo
El enfrentamiento entre parejas, termina con los Smith principal en la habitación del pánico de la casa, mientras Old Jane, lucha por abrir la bóveda y dispararles. El John de Glover está herido de gravedad y se desangra con rapidez, pero, aun así, tiene el tiempo y las fuerzas, para confesar sus sentimientos. La Jane de Erskine, le escucha, admite los suyos y ambos terminan en una conversación que los pone al límite de su trato de trabajo. Comparten sus nombres verdaderos y ella decide enfrentar a la Old Jane para intentar conservar la vida.
La serie finaliza con el sonido de balazos, pero sin que se muestre quién sobrevivió o murió. Para su escena poscréditos, Harris (Paul Dano), da una vuelta por los escombros de la casa que no murieron en la confrontación y da a entender que no se encontró cuerpo alguno. Pero eso quiere decir que no hay indicios de qué ocurrió con ninguno de los cuatro agentes. ¿La puerta abierta a una segunda temporada? Habrá que esperar.