Araceli Hidalgo, la primera mujer que recibió la vacuna de la COVID-19 en España, ha cumplido 100 años. Sin duda, esta es una buena forma de demostrar a los antivacunas que se equivocaban en sus afirmaciones de que vacunar a la población sería condenarla a una muerte temprana. La mujer ha cumplido su primer siglo con buena salud. De hecho, según ha declarado a los periodistas, se siente como si tuviera 20. Esto no solo nos hace alegrarnos por ella, sino también hacernos una pregunta: ¿podría el cumpleaños de Araceli servir para que cambien de opinión algunos antivacunas y teóricos de la conspiración?

Es una pregunta difícil de responder. Sin embargo, coincide con la publicación de un estudio en el que se analiza precisamente si los defensores de conspiraciones, como los antivacunas, pueden cambiar de opinión con el paso del tiempo.

Investigar en este tema es necesario, ya que puede ayudar a los informadores a decidir dónde vale la pena invertir sus fuerzas. Si alguien no va a cambiar de opinión, no tiene sentido insistir. Vale más la pena mostrar las pruebas y las evidencias científicas a los indecisos. El papel que han hecho los fack checkers, así como muchos divulgadores científicos, durante la pandemia ha sido esencial. Pero está claro que hay personas a las que no han convencido ni lograrán convencer en el futuro. El cumpleaños de Araceli puede ser un buen golpe de efecto. ¿Pero hasta qué punto resultaría útil?

Diez conspiraciones diferentes

Para la realización de este estudio, sus autores, procedentes de varios centros de investigación australianos y neozelandeses, contaron con la participación de 498 personas, previamente inscritas en una página web que recluta personas para la realización de investigaciones pagadas.

Todos ellos fueron encuestados mensualmente, entre marzo y septiembre de 2021, sobre 10 teorías de la conspiración, que incluían supuestos casos tan sonados como el uso de chips en las vacunas de la COVID-19 o la confabulación de las compañías farmacéuticas para no dar a conocer la cura contra el cáncer. También se incluía algunas sobre el origen del 11S o de los efectos dañinos del 5G de las telecomunicaciones, por ejemplo. 

La teoría que tuvo más aceptación fue precisamente la de las farmacéuticas confabuladas para no mostrar la cura del cáncer. Un 18% de los encuestados creían en esta conspiración. En cambio, y aunque a veces en redes sociales pueda parecer mucho más común, la teoría con menos seguidores fue la del chip en las vacunas de la COVID-19. Solo un 2% la apoyaron al principio de la investigación. Aun así, cabe destacar que este no es el único pretexto de los antivacunas. Hay muchos que están en contra de la administración de vacunas, pero no creen que se instale un chip con ellas, por lo que eso no quiere decir que todos los participantes estuviesen a favor de ponérsela.

La evolución de la conspiración

Lo que interesaba a los autores de este estudio era comprobar cómo evolucionaba cada conspiración. Los participantes no se sometieron a ningún adoctrinamiento ni a favor ni en contra de sus creencias. Vivieron en su día a día normal, con los mismos estímulos que les habían llevado a asumir esas conclusiones, y también posiblemente expuestos a campañas divulgativas para desmentir conspiraciones.

De este modo, se comprobó que la inmensa mayoría de creencias se mantuvieron con el paso de los meses. Los autores temieron que las conspiraciones aumentasen con el paso del tiempo, pero no fue así. Sí que es cierto que algunas personas añadieron alguna nueva conspiración a lo largo de los meses, pero la inmensa mayoría se mantuvieron estables. Sus creencias al principio del estudio eran las mismas que al final. Además, según han relatado en The Conversation estos científicos, aunque ellos solo hicieron un seguimiento de 6 meses, sus resultados coinciden con los de otros estudios más duraderos.

vacunas del coronavirus, residencia de ancianos
Araceli Hidalgo, la primera mujer vacunada en España.

Araceli contra los antivacunas

Pero lo bueno es que también hubo un pequeño porcentaje de personas que pasaron de creer en alguna conspiración a dejar de hacerlo. Fueron una minoría, pero significan que no hay que perder la esperanza. Posiblemente, los 100 años de Araceli, como los esfuerzos divulgativos de tantas personas, ayuden a cambiar de opinión a algunos antivacunas. No serán la mayoría, pero una sola persona que se una a la vacunación puede ayudar a que se salven muchas vidas.

Todo empezó con Araceli, así que ella también merece el agradecimiento de muchísimas personas que vieron en esta anciana adorable un ejemplo a seguir. Por eso, solo podemos decirle felicidades por esos 100 años y muchas gracias por todo. 

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: