Luego del incidente de despresurización que sufrió un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines el pasado viernes, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) ha puesto al fabricante aeronáutico en el punto de mira. En una carta hecha pública en las últimas horas, la agencia confirmó que llevará a cabo una investigación formal contra Boeing para determinar lo sucedido.
Específicamente, la FAA quiere saber si Boeing incumplió con las regulaciones durante la fabricación del 737 MAX 9. Así, se analizará si la compañía oriunda de Seattle omitió las pruebas de calidad que garantizan que una aeronave sea segura para operar, o si falló en su ejecución.
A través de su cuenta en X (Twitter), el organismo fue categórico. "Este incidente nunca debería haber sucedido y no puede volver a suceder", afirmó la Administración Federal de Aviación. Boeing tendrá 10 días hábiles para presentar evidencias o comentarios sobre lo sucedido.
"Su respuesta debe contener la causa raíz de la(s) condición(es) encontrada(s), los productos o artículos afectados, los impactos en el servicio, el alcance de cualquier acción inmediata o a largo plazo tomada para corregir y evitar su recurrencia, y cualquier circunstancia atenuante que crea que puede ser relevante para este caso", indica la misiva.
Boeing, en el punto de mira por el incidente del 737 MAX 9 de Alaska Airlines
La situación dista de ser ideal para Boeing tras el incidente del 737 MAX 9 de Alaska Airlines. No solo porque prácticamente todas las aerolíneas que utilizan este modelo han cesado las operaciones con él, sino porque lo que ocurrió días atrás no sería un evento aislado.
Recordemos que el vuelo 1282 de Alaska Airlines partió del aeropuerto de Portland, Oregon, el pasado viernes con destino a Los Ángeles, California. Sin embargo, poco después del despegue, el Boeing 737 MAX 9 sufrió la despresurización de la cabina de pasajeros tras desprenderse una gran pieza de fuselaje. Afortunadamente, los asientos linderos estaban desocupados y el avión pudo regresar a su aeropuerto de origen con los viajeros y la tripulación a salvo.
Horas después se supo que la pieza que se soltó de la aeronave era un tapón de puerta central o mid-cabin door plug. Este elemento se utiliza para sellar el fuselaje cuando la configuración de asientos no requiere de una salida de emergencia adicional. La FAA ordenó la suspensión inmediata de los vuelos de todos los Boeing 737 MAX 9 que contaran con dicho componente. Aunque algunas compañías aéreas optaron por cancelar todas las operaciones con este modelo, independientemente de su cantidad de butacas.
United Airlines, el principal operador del Boeing 737 MAX 9 en el mundo, encontró tornillos sueltos en los tapones de puerta central de su flota, en las inspecciones posteriores al incidente de Alaska Airlines. "Desde que comenzamos las inspecciones preliminares el sábado, hemos hallado casos que parecen estar relacionados con problemas de instalación en los tapones de puerta. Por ejemplo, pernos que necesitaban un ajuste adicional. Estos hallazgos serán remediados por nuestro equipo de operaciones técnicas para devolver el avión al servicio de forma segura", indicó la compañía.
Una investigación que demandará tiempo
La FAA tendrá que determinar si la línea de producción del Boeing 737 MAX 9 presenta inconvenientes. O si el fabricante de aviones no realizó los controles de calidad y seguridad de forma pertinente. Si bien no se sabe cuánto demorará la investigación, todo apunta a que este modelo podría permanecer suspendido por bastante tiempo.
"Las prácticas de fabricación de Boeing deben cumplir con los altos estándares de seguridad que están legalmente obligados a obedecer. [...] La seguridad del público, no la velocidad, determinará el cronograma para que el Boeing 737 MAX 9 vuelva a estar en servicio", indicaron las autoridades.