Entre tantos negocios que involucran a Elon Musk, xAI es uno de los más incipientes. La startup de inteligencia artificial tiene menos de un año de vida, pero ya ha lanzado su primer producto: Grok, el chatbot integrado en X (Twitter). Y todo apunta a que el empresario ha comenzado a dialogar con potenciales inversores para expandir el financiamiento de la compañía.
Según Financial Times, Elon Musk ha iniciado conversaciones para levantar 6.000 millones de dólares para xAI, a una valoración propuesta de 20.000 millones de dólares. Con este capital, la firma aspiraría a plantarse con más fuerza como competidor de OpenAI, la principal referencia en el sector de la inteligencia artificial.
Si bien la información es extraoficial, el líder de Tesla, SpaceX y X (Twitter) analizaría varias alternativas. Por un lado, se menciona un aparente acercamiento a Hong Kong; específicamente, a algunas family offices radicadas allí. Vale aclarar que una family office es una empresa privada que gestiona el portafolio de inversiones de familias acaudaladas, con fortunas que generalmente se encuentran por encima de los 100 millones de dólares.
Elon Musk, en busca de financiamiento para xAI
Por otra parte, Elon Musk también estaría sondeando el interés de algunos fondos soberanos de Oriente Medio, aunque no se menciona con precisión a cuáles. De todos modos, el magnate ya cuenta en cierta medida con algún tipo de relación con los dos más importantes —y polémicos—. Hablamos, por supuesto, de los de Arabia Saudí y Catar.
Recordemos que el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, a través de la empresa Kingdom Holding Company (KHC), fue accionista de Twitter previo a que la red social fuera comprada por Elon Musk. Como se podrán imaginar, parte de KHC pertenece al Public Investment Fund (PIF), el fondo soberano saudí. En tanto que cuando el empresario buscó financiamiento para cerrar la compra de Twitter, en el listado de inversores se incluyó a Qatar Holding LLC, una subsidiaria de Qatar Investment Authority, el fondo de inversión catarí.
Considerando que estos fondos soberanos han mostrado una creciente injerencia en el sector tecnológico —especialmente en los videojuegos y las telecomunicaciones—, no sería extraño que xAI se presente como una opción atractiva. De todos modos, habrá que esperar para saber si realmente están involucradas en algún tipo de negociación o conversación al respecto.
Más allá del aparente acercamiento a las familias acaudaladas de Hong Kong y los fondos soberanos de Oriente Medio, Elon Musk buscaría financiamiento en otros sectores de Asia. Según Financial Times, inversores de Corea del Sur y Japón también habrían sido contactados para acercar la propuesta de xAI. Sin embargo, no se ofrecen más detalles.
El citado medio indica que la coordinación de la búsqueda de capital está a cargo de Morgan Stanley. De nuevo, no resultaría sorprendente si esto resultara cierto, puesto que dicha institución fue una de las que financió la compra de Twitter en 2022.
¿Llegará capital fresco desde Asia?
Más allá de Grok, el chatbot de X que, según Elon Musk, es un ChatGPT sin ataduras, poco se sabe de los proyectos de xAI. La startup ha reclutado a ingenieros e investigadores con experiencia en el campo de la inteligencia artificial. En su mayoría, provenientes de OpenAI, Google Research y Deepmind, Tesla, Microsoft Research y la Universidad de Toronto.
Es probable que los 6.000 millones de dólares en financiamiento que persigue Elon Musk busquen ampliar las capacidades humanas y tecnológicas de la compañía. Máxime, sabiendo que el desarrollo de modelos de lenguaje masivos (y de las aplicaciones que los aprovechen) es muy costoso. Además, OpenAI, la principal referencia del sector, no solo lleva la ventaja técnica, sino que además cuenta con el aval de Microsoft y su robusta chequera.
Será interesante ver si la búsqueda de financiamiento en Asia, especialmente en Hong Kong y Oriente Medio, no dispara alguna alarma en Estados Unidos. La creciente injerencia de China en territorio hongkonés es motivo de preocupación en la Casa Blanca, y todo lo vinculado con el desarrollo y la inversión en inteligencia artificial lleva tiempo provocando cortocircuitos entre los norteamericanos y el gigante asiático. La prohibición a la exportación de las GPU más avanzadas de NVIDIA y AMD a China es una prueba cabal de ello. Seguiremos el asunto de cerca.