Palmer Luckey es un nombre muy conocido en la industria tecnológica. De ser el fundador de Oculus, se convirtió en una de las personas más influyente de Silicon Valley, sobre todo por la compra de Oculus en 2014 por Facebook por 3.000 millones de dólares.

No obstante, de haber sido uno de los nombres más influentes del sector, cayó en desgracia en 2016, después de que saliese a la opinión pública una serie de reportes que acusaban al fundador de Oculus y en aquel momento en Facebook, de haber donado 10.000 dólares a Nimble America. Nimble era un grupo pro-Donald Trump que había realizado una campaña de vallas publicitarias en las que aparecía la candidata presidencial de 2016, Hillary Clinton, con un mensaje que decía "Demasiado vieja para ir a la cárcel".

Esto, aunque siempre negado en parte por Facebook, resultó en su despido en marzo de 2017. Palmer Luckey abandonó Facebook y dejó de participar en Oculus VR, y desapareció de la vida pública. Luckey demandaría posteriormente a Facebook, argumentando que la empresa había violado la ley de California por presionar, supuestamente, al ejecutivo para que expresara su apoyo a Johnson y por castigar a un empleado por su actividad política.

De la realidad virtual a la tecnología militar

En mitad de esa vorágine de juicios y problemas con Facebook, Luckey cofundó, en 2017, una empresa de tecnología de defensa llamada Anduril, junto con los antiguos ejecutivos de Palantir Technologies: Matt Grimm, Trae Stephens y Brian Schimpf, y el primer responsable de hardware de Oculus, Joe Chen. Pero poco más se supo de Anduril. Hasta ahora.

El cofundador de Oculus ha vuelto a la vida de las grandes tecnológicas con el primer gran producto de Anduril, esta vez lejos de los focos que le trajo Oculus, para mostrar al mundo en lo que han estado trabajando estos últimos seis años: el Roadrunner.

Se trata de drone que llega con dos variantes: una civil, enfocada al transporte, y otra militar, con capacidad de atacar objetivos en vuelo. Ambas versiones tiene algo en común: son muy diferente a lo que hemos visto hasta ahora en este segmento.

Roadrunner: un drone autónomo y reutilizable que despega como un cohete de SpaceX

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En primer lugar, porque el Roadrunner es un VTOL: Vertical Take-Off and Landing o sistema de despegue y aterrizaje vertical. Combina parte de los sistemas de los cohetes reutilizables que usan empresas como SpaceX, entre ellos el despegue vertical y la cualidad de ser reutilizable (excepto la variante militar). La descripción completa del Roadrunner es la de vehículo aéreo autónomo (AAV) reutilizable, de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) y supervisado por operador. El drone cuenta con motores turborreactores gemelos y dispone de varias configuraciones de carga útil modulares que pueden soportar una variedad de misiones.

NEST, el sistema de lanzamiento del Roadrunner

La versión militar parece sacada de un juego de ciencia ficción. Su denominación comercial es Roadrunner-M y es, en síntesis, un sistema de defensa aérea terrestre que puede lanzar, identificar, interceptar y destruir rápidamente una amplia variedad de amenazas aéreas. Y también es reutilizable: puede recuperarse y relanzarse de forma segura a un costo casi nulo en comparación con otros sistemas de defensa aire-tierra. Siempre, eso sí, que su carga no haya detonado.

Ambas versiones utilizan varios sistemas de inteligencia artificial y autonomía para permitir que un solo operador supervise a muchos Roadrunners simultáneamente, y son compatibles con radares, sensores y arquitectura de Defensa Aérea existentes, por lo que su implementación es tremendamente sencilla, según la compañía.

Además, puede ser lanzado y operado desde cualquier lugar del mundo desde el Nest, un hangar portátil y automatizado, que garantiza que el Roadrunner esté siempre listo para lanzarse en segundos.