Las Nubes de Magallanes son galaxias enanas cercanas que podemos ver fácilmente desde el hemisferio sur de la Tierra. Son dos —o eso se creía hasta ahora—: la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes. Pero esta última guardaba una sorpresa: una nueva investigación sostiene que lo que parecía ser una sola galaxia son, en realidad, dos.

La confusión tiene que ver con que una está detrás de la otra, desde la perspectiva que tenemos desde nuestro planeta. La Pequeña Nube de Magallanes —también conocida como SMC, por sus siglas en inglés— es uno de los sistemas estelares más estudiados de nuestro universo debido a su proximidad. Está a unos 200.000 años luz de la Tierra

La curiosidad de los astrónomos es mayor porque su estructura y elementos son muy diferentes de los de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Por ejemplo, es de menor metalicidad y, por tanto, es un excelente laboratorio para comprender la física del medio interestelar (ISM, por sus siglas en inglés). Este último es el gas y el polvo entre las estrellas dentro de una galaxia, mientras que el medio circungaláctico es el gas y el polvo entre las galaxias.

Un gran equipo internacional de astrónomos y astrofísicos comprobó que la composición química de dos «partes» de la Pequeña Nube de Magallanes son distintas. También descubrieron que tenían velocidades diferentes: una zona más cercana a la Tierra se movía más rápido que la otra. Además, observaron que ambas tenían una masa similar.

Un cúmulo de estrellas en NGC 346, ubicado en una de las galaxias de la Pequeña Nube de Magallanes, captado por el telescopio Webb.
Un cúmulo de estrellas en NGC 346, ubicado en la Pequeña Nube de Magallanes, captado por el telescopio Webb. Credit: NASA.

Un equipo mundial para estudiar las galaxias de la Pequeña Nube de Magallanes

Por eso, los investigadores concluyeron que, en definitiva, la evidencia apunta fuertemente a dos galaxias enanas diferentes. La más cercana está, aproximadamente, a 199.000 años luz de distancia, mientras que la más distante está a unos 215.000 años luz de nosotros.

A finales de la década de 1980 aparecieron las primeras pistas que sugerían que se trataba de dos galaxias. Ahora, la evidencia fue confirmada gracias al aporte de datos precisos de varios observatorios del mundo.

El equipo de investigación primero estudió datos del observatorio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea, que les permitió hacer estimaciones de la velocidad promedio de las estrellas en varias partes de la Pequeña Nube de Magallanes. Luego, estudiaron datos de El Pathfinder de matriz de kilómetros cuadrados de Australia (ASKAP), una matriz de radiotelescopio ubicada en el Observatorio de Radioastronomía de Murchison (MRO), en Australia. De esta forma, analizaron el medio interestelar.

Otro equipo que colaboró fue el del Observatorio Apache Point en Nuevo México. Este centro coordina la investigación del Telescopio de la Fundación Sloan y el Telescopio NMSU.

La Pequeña Nube de Magallanes está repleta de misterios. El telescopio James Webb de la NASA descubrió recientemente una formación de estrellas en las cintas polvorientas de este cúmulo. Su equipo exploraba la región conocida como NCG 346 y descubrió más de 33.000 estrellas jóvenes incrustadas en la nebulosa.

Las condiciones de la Pequeña Nube de Magallanes se asemejan a las observadas en las galaxias que existieron hace miles de millones de años. Es una era del universo conocida como el «mediodía cósmico», cuando la formación de estrellas estaba en su apogeo.

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