Adobe ha cancelado la compra de Figma valuada en unos 20.000 millones de dólares. Así lo confirmaron ambas compañías este lunes, poniendo fin a un esfuerzo iniciado hace poco más de un año.
La noticia se ha dado a conocer luego de la creciente presión por parte de los reguladores, especialmente en el Reino Unido y la Unión Europea. Según las empresas, la decisión de romper el vínculo entre ambas se ha tomado basándose en que no creen que el terreno esté preparado para recibir el visto bueno tanto de la Comisión Europea como de la Autoridad de Competencia y Mercados británica (CMA).
Shantanu Narayen, CEO de Adobe, se manifestó en desacuerdo con los reguladores que investigaban la adquisición y consideraban que podía representar un movimiento anticompetitivo.
"Adobe y Figma no están de acuerdo con los recientes hallazgos regulatorios, pero creemos que lo mejor para nuestros respectivos intereses es avanzar de forma independiente. Si bien Adobe y Figma compartieron una visión para redefinir conjuntamente el futuro de la creatividad y la productividad, seguimos estando bien posicionados para capitalizar nuestra enorme oportunidad de mercado y nuestra misión de cambiar el mundo a través de experiencias digitales personalizadas", indicó el ejecutivo.
Para salirse del acuerdo, Adobe le pagará a Figma 1.000 millones de dólares en efectivo. Dylan Field, cofundador y CEO de Figma, también se mostró desilusionado por este desenlace, pero aseguró que buscarán "otras formas de innovar" junto a las comunidades de Adobe.
Adobe aborta oficialmente la adquisición de Figma
Cuando Adobe anunció la compra de Figma en septiembre de 2022, muchos lo vieron como un intento de mostrarse frescos y modernos ante sus accionistas. Después de todo, Figma se ha convertido en poco tiempo en líder en el segmento del diseño de productos y del software de pizarra.
Si bien Adobe ofrece una de las suites de diseño más usadas por los profesionales, Figma es considerada una propuesta muy superior a Adobe XD. Aunque lo verdaderamente curioso es que, al menos en la Unión Europea, el acuerdo original por 20.000 millones de dólares pasó prácticamente desapercibido. Esto se debía a que no se alcanzaba el umbral de volumen de negocios establecido por la Comisión Europea.
No obstante, una carta firmada por varios países miembro de la Unión Europea alertó sobre los posibles riesgos de la compra. Y esto derivó en el inicio de una investigación formal. Así fue creciendo la idea de que Adobe, en realidad, podría estar tratando de quitar del mercado a uno de sus competidores más fuertes.
La presión regulatoria
El análisis preliminar de la Comisión Europea arrojó que, de aprobarse la adquisición, Adobe podría frenar la innovación y encarecer sus productos. Por ello, se decidió poner en marcha una investigación antimonopolio más profunda. El brazo ejecutivo de la UE iba a dar a conocer su veredicto en febrero de 2024.
En simultáneo, la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) inició su propia investigación antimonopolio, y el panorama se puso más oscuro para Adobe y Figma. De hecho, el ente británico iba a ser el primero en brindar un dictamen al respecto. El próximo 27 de diciembre debía definir si aprobaba o bloqueaba la transacción.
Pero no debemos olvidar que Estados Unidos también estaba jugando su parte en esta historia. En febrero de este año se conoció extraoficialmente que el Departamento de Justicia preparaba una demanda para frenar la compra de Figma por Adobe. Y si bien nunca hubo demasiados avances públicos en este frente, es evidente que cualquier negativa al acuerdo en el viejo continente podía complicar las cosas en Norteamérica.
Así, Adobe y Figma han optado por tirar la toalla. Ambas compañías continuarán siendo rivales, al menos por el momento. Habrá que ver si realmente existe alguna vía de colaboración entre ambas sin que implique una adquisición.