El tamaño sí importa. Esta frase puede decepcionar a algunas personas. Pero que no cunda el pánico. Importa, básicamente, porque un pene demasiado grande lo tiene muy complicado para lograr una fecundación exitosa. Es lo que ocurre con el murciélago serotino (Eptesicus serotinus), una especie de mamífero volador euroasiático conocido por tener un pene descomunal en proporción a sus propias dimensiones. De hecho, el pene de este murciélago es siete veces más largo que la profundidad de las vaginas de las hembras y termina con un ensanchamiento en forma de corazón, siete veces más ancho que las vaginas de sus compañeras. Vamos, que es físicamente imposible que entre donde tiene que entrar. Por eso, la capacidad de estos animales para reproducirse ha sido un misterio hasta que, por fin, un jubilado holandés ha encontrado la respuesta.

Tras grabar un vídeo muy revelador, se puso en contacto con un equipo de científicos que lleva mucho tiempo intentando entender el sexo del murciélago serotino. Cuando estos lo vieron, no se lo creían. Por fin tenían la respuesta. Tal fue su alegría y su agradecimiento al jubilado, llamado Jan Jeucken, que decidieron incluirlo como coautor en el estudio sobre el tema que acaban de publicar.

Ahora bien, ¿qué es lo que vio Jeucken? Vamos a verlo con más detenimiento, pero, a grandes rasgos, el tamaño del pene del murciélago serotino no es un problema para sus relaciones básicamente porque se reproduce sin penetración. Parece imposible, pero no lo es.

El pene del murciélago serotino no es un impedimento

Jan Jeucken no tiene formación científica, pero sí una gran pasión por los murciélagos. Por eso, sabía que el pene del murciélago serotino era un gran misterio para la ciencia.

Solía observar y grabar a los murciélagos de distintas especies que habitan por la zona en la que él vive, pero ninguno había llamado tanto su atención como los que eligieron el ático de una iglesia cercana a su casa para tener relaciones. 

Si el sexo del murciélago serotino ha sido siempre un misterio ha sido también por la discreción de estos animales, que no suelen dejarse ver mientras copulan. Él los tenía totalmente accesibles, por lo que colocó unas cámaras con las que logró grabar decenas de encuentros sexuales. Una vez recogidos los datos, se los envió a Nicolas Fasel, un investigador de la Universidad de Lausana, en Suiza, especializado en el comportamiento de los murciélagos.

Él y su equipo analizaron en profundidad estas imágenes, y también otras tomadas en un centro ucraniano de rehabilitación de murciélagos. En todas observaron lo mismo: el pene del murciélago serotino no sirve para copular, sino para agarrar a las hembras. Estas tienen una especie de membrana que cubre sus genitales, por lo que utilizan el pene para retirar esa membrana y después fundirse con ellas en una abrazo, cuerpo a cuerpo, con el que dejan caer directamente el semen en su vagina, sin necesidad de introducir el pene en ella.

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Beso cloacal

En realidad, no es la primera vez que se observa este tipo de reproducción en animales. Por ejemplo, en aves, es muy común algo conocido como beso cloacal.

La mayoría de aves no tienen pene ni vagina. Solo hay algunas excepciones, como los gansos o las avestruces, que sí que tienen. El resto, se reproducen mediante la misma estructura que usan para defecar: la cloaca. También presentes en anfibios, reptiles y unos pocos peces y mamíferos, este es un orificio ubicado al final del tracto digestivo y abierto al exterior, en el que también confluyen los aparatos excretor y reproductor. ¿Pero cómo se reproducen?

En el caso de las aves, el macho y la hembra se colocan muy juntos, con una cloaca contra la otra, de manera que el primero puede depositar su semen en el cuerpo de la segunda.

También se funden en una especie de abrazo sin penetración, pero la diferencia es que el pene del murciélago serotino sí existe. Lo que ocurre es que no se puede usar. Por eso, el único uso que tiene es el de sujeción. De momento este es un mecanismo que solo se ha observado en esta especie de murciélago. No se puede descartar que ocurra también en otras. Pero, hasta que no se documente, este ya se considera el único mamífero que se reproduce sin penetración. 

En definitiva, un pene más grande no te convierte en un mejor copulador. De hecho, puede hacer que la copulación sea imposible. Si no, que se lo digan a este murciélago, que ha tenido que buscarse la vida de otro modo. El tamaño sí importa, pero no por lo que solemos pensar.