Salvo que padezcamos anosmia, todos los seres humanos tenemos un sentido del olfato. O eso creíamos hasta ahora; ya que, tras la publicación de un nuevo estudio, podría decirse que, en realidad, tenemos dos. Uno para cada fosa nasal.

En realidad, y si somos estrictos, tenemos un solo sentido del olfato, es cierto. Pero los olores se perciben de un modo distinto a través de cada fosa nasal, por lo que la manera en la que nuestro cerebro lo interpreta es muy distinta a lo que creíamos.

Ya se sospechaba algo así hace tiempo, por estudios realizados en ratones. No obstante, ahora sabemos que también ocurre en humanos. El estudio en cuestión, publicado en Current Biology, se ha llevado a cabo con muy pocos participantes, concretamente 10. Pero es suficiente para demostrar algo que, en realidad y por raro que parezca, nos resulta muy beneficioso como especie.

¿Olfato izquierdo o derecho?

Este estudio se llevó a cabo con 10 pacientes epilépticos, a los que se habían colocado electrodos de profundidad intracraneal para localizar el origen de sus convulsiones. Se eligió a estos voluntarios porque el dispositivo utilizado no es precisamente cómodo, por lo que se aprovechó que ellos debían usarlo por motivos de salud ajenos a la investigación.

Con su permiso, se aprovechó que tenían los electrodos puestos para realizar un pequeño experimento sobre olfato. Básicamente, se les inyectaron tres aromas diferentes (plátano, café y eucalipto) a través de las fosas de la nariz. Primero ambas, después la izquierda y finalmente la derecha.

Así, se vio que, cuando se inyectaba el aroma en cuestión en las dos fosas nasales, se generó actividad en dos regiones: la corteza cerebral izquierda y la derecha. Sin embargo, cuando solo se introducía en una fosa, solo se activaba el hemisferio correspondiente a ella. Un poquito después se activaba también la otra mitad del cerebro, pero con algo de retardo.

Por lo tanto, se estaba demostrando que, efectivamente, el sentido del olfato no es un todo, sino que se distribuye a través de las fosas nasales, con las que podemos oler de forma independiente.

nariz
Cada fosa nasal envía señales a una mitad del cerebro. Crédito: Pexels

¿Para qué sirve todo esto?

Todo esto es beneficioso, ya que no solo podemos captar los olores. También sabemos de dónde vienen. El sentido del olfato es muy necesario para nuestra supervivencia, así como para la de otros seres vivos; ya que, por ejemplo, nos indica mediante olores desagradables cuándo debemos huir de un estímulo. Los venenos a menudo huelen mal precisamente por eso.

Es algo que además se ha aprovechado artificialmente. Por ejemplo, el butano no tiene olor, pero se le añade un aroma desagradable para que, en caso de que haya fugas, lo detectemos y podamos tomar medidas. Lo mismo ocurre con los buenos olores, que nos traen recuerdos y pueden incluso mejorar nuestro estado de ánimo. 

Saber de dónde viene un olor es beneficioso, tanto si es bueno como si es malo. Gracias a la proporción de aroma que nos llega a cada fosa nasal podemos saber dónde se está quemando algo o se ha producido un escape de gas. Y, en caso de que tuviésemos hambre, el aroma nos puede decir de dónde viene el aroma a pan recién hecho que nos llega por la calle, para que vayamos a comprar un poco.

Todo esto ya lo sabíamos. Nos dábamos cuenta de que podíamos discernir de dónde viene un olor. Pero no nos habíamos parado a pensar que se debe a que nuestro sentido del olfato es diferente en cada fosa nasal. Y es que, en el fondo, somos mucho menos simétricos de lo que solemos pensar. 

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