El llamado MonsterVerse cinematográfico, ha tenido un recorrido accidentado por la pantalla grande. Desde el promisorio comienzo con Godzilla (2014) de Gareth Edwards a la decepcionante Godzilla vs. Kong (2021) de Adam Wingard. El argumento que explora la curiosa mitología acerca de la tierra hueca y los titanes no ha mostrado — todavía — todo tu potencial. Algo que Monarch: El legado de los monstruos de Apple TV+ tiene en cuenta al narrar su premisa.
De hecho, el argumento de la producción creada por Chris Black y Matt Fraction, está más interesado en explorar lo que rodea a los monstruos. Lo que incluye su origen y los variados conflictos de las organizaciones que intentan explotarlos. Por supuesto, se trata de una decisión lógica. La serie de Apple TV+ recrea el mundo del cine a una escala pequeña. Lo hace, a través de los personajes que están unidos por la evidencia de las criaturas gigantescas que habitan el mundo. En esta ocasión, el argumento muestra cómo es vivir en medio de la amenaza constante de los monstruos. Pero a la vez, profundiza en el secreto de su existencia. Todo, a través de sus personajes y los misterios que ocultan.
Monarch
Monarch: El legado de los monstruos. de Apple TV+. es una nueva mirada al MonsterVerse cinematográfico, que ahora, explora a los personajes en lugar de los monstruos. No por ese motivo, los titanes dejan de ser menos importantes. La serie combina con éxito a sus colosales protagonistas, pero a la vez, explora en los hombres y mujeres que se obsesionan por su existencia. Un punto que le permite innovar en nuevos escenarios y misterios
Ubicada cronológicamente entre la cinta del 2014 y Godzilla: Rey de los monstruos de Michael Dougherty del año 2019, el argumento utiliza dos líneas temporales para contar su historia. Por lo que muestra lo ocurrido Kazajistán en 1959, que se toma como punto de origen de todo lo que contará después. Algo que permite, dar un sentido concreto al origen de la trama sin tener que recurrir directamente a las películas.
Lo interesante del recurso narrativo, es que permite que la serie tenga independencia del material original, a pesar de basarse en lo relatado en el cine. No obstante, al plantear su contexto de manera inmediata, permite que la producción pueda comprenderse sin necesidad de recurrir a las cintas. La segunda línea de tiempo, transcurre luego de la destrucción de San Francisco, punto central en la película de Dougherty. Que, esta vez, es el eje de una trama más compleja.
Las grandes bestias como fenómenos naturales
Otro de los aciertos de la serie, es mostrar los ataques de los monstruos como un desastre natural. A la manera en que podría narrarse un huracán o un terremoto, el guion detalla la vida luego del llamado Día G con habilidad. La muerte está en todas partes y los daños que las películas ocultan o ignoran, se muestran aquí en su extensión temible. Hay un aire práctico y bien construido, acerca de la forma en que el argumento muestra una tragedia que afectó a millones de vidas.
Con aire pesimista que sorprende durante su primer capítulo, Monarch: El legado de los monstruos, profundiza en los sobrevivientes. En especial, en Cate Randa (Anna Sawai) que como tantos otros habitantes de la ciudad devastada, intenta sobreponerse al dolor y al miedo. El personaje es el centro de lo que el argumento mostrar: una testigo horrorizada de una devastación impensable hasta ese momento.
La narración pone especial cuidado en mostrar cómo Cate, hasta entonces una mujer corriente, supera la tragedia a base del esfuerzo de hacerse preguntas. ¿Qué provocó algo semejante? ¿Podría volver a ocurrir? Para esta profesora, que vio a sus alumnos y luego a su padre morir debido al paso de Godzilla, el propósito a futuro es claro. Descubrir todo lo que rodea a un suceso semejante. Pero la historia, toma la buena decisión de no convertirla en una heroína por accidente, sino una víctima que se recupera de sus heridas. Un elemento que se hace orgánico y mejor construido, su posterior viaje a Tokio, para concluir los negocios de su difunto padre en la ciudad.
Un misterio que debe resolverse
Forzando en exceso su línea de sucesos concatenados entre sí, Cate descubre que tiene un medio hermano, Kentaro (Ren Watabe) del que nunca tuvo noticias. Juntos, comenzarán a explorar la organización Monarch, para la que su padre trabajó la mayor parte de su vida. Se trata de un recurso sencillo — a pesar del cierto sesgo melodramático — que permite a la serie ir y venir a través de sus líneas temporales.
Es entonces cuando Monarch: El legado de los monstruos, encuentra su mejor parte. La serie logra establecer vínculos entre científicos, sucesos y tragedias, para entender mejor todo lo que rodea a los Kaiju. Para eso, presenta pequeños cameos y una mitología que se hace más robusta a medida que avanza la trama. Desde los descubrimientos de Bill Randa (Anders Holm en 1950 y John Goodman 1970) hasta el cazador de monstruos Lee Shaw (Wyatt Russell en 1950 y Kurt Russell de adulto). El argumento logra unir su propia historia y la del cine en un único escenario. Hacerlo creíble — a pesar de algunas fallas — y añadir la posibilidad que el universo puede expandirse aún más.
No obstante de la ausencia de batallas de titanes al estilo cinematográfico y tendencia a lo cursi, Monarch: El legado de los monstruos es una digna sucesora de las películas. Lo que deja abierta la posibilidad que el MonterVerse, pueda tener su parte más extraña — y más cercana a sus personajes humanos — en el streaming. Lo que dejaría la aparición de sus monstruosos protagonistas al cine. La gran promesa de la serie.