Una de las principales amenazas de la IA es que puedan quitarnos el trabajo. Es, de hecho, una realidad; muchos modelos amenazan puestos como el de profesorado de historia o de derecho, teleoperadores, así como industrias como las de servicios jurídicos, agencias o seguros. Hay, sin embargo, puestos en los que por el momento están a salvo de la inteligencia artificial, puesto a que esta, por sus limitaciones, no tiene tantas capacidades como para desarrollar esas tareas.

Martin Ford, experto en IA y autor del libro Rule of the Robots: How Artificial Intelligence Will Transform Everything, ha explicado a la BBC que hay tres categorías laborales que, por el momento, “estarán relativamente aisladas en el futuro previsible”. Aunque, eso sí, no completamente, afirman otras personas con conocimientos en este campo, puesto a que muchas labores que realizan actualmente muy probablemente sean automatizados por la tecnología.

Ahora bien, ¿cuáles son estas tres categorías que se salvan de la IA? La primera que destaca Ford es la creativa. Puede resultar contradictorio si tenemos en cuenta que la IA generativa amenaza considerablemente a diseñadores, editores de vídeo o, incluso, músicos —y prueba de ello son los diferentes temas generados por IA que se han hecho virales en TikTok—.

Ford, sin embargo, se refiere a aquellos trabajos creativos que “realmente estás generando nuevas ideas y construyendo algo nuevo”. Más concretamente “en la ciencia, la medicina y el derecho… personas cuyo trabajo consiste en idear una nueva estrategia legal o de negocios. Creo que allí va a seguir habiendo un lugar para el ser humano”, asegura.

Los periodistas de investigación, electricistas o enfermeros, se libran de la amenaza de la IA

Médico
National Cancer Institute / Unsplash

La IA también está a salvo de aquellos puestos que requieren de relaciones interpersonales y “en los que se necesita un conocimiento muy profundo de las personas”. Entre ellos, enfermeros, consultores empresariales o periodistas de investigación. Ford considera “que pasará mucho tiempo antes de que la IA tenga la capacidad de interactuar de la manera que realmente construye relaciones”. Hay, eso sí, diferentes amenazas: como el proyecto Q* (Q-Star) de OpenAI, que amenaza con destruir a la humanidad, según varios investigadores de la compañía.

La tercera y última categoría que está a salvo de la IA, según Ford, son aquellos puestos “que realmente requieren mucha movilidad, destreza y capacidad para resolver problemas en entornos impredecibles”. Entre ellos, trabajos comerciales, como electricistas, plomeros o soldadores. Ford dice que son trabajos en los que los profesionales se enfrentan a una situación nueva cada cierto tiempo. Y que, por tanto, es probable que “sean los más difíciles de automatizar”.

Hay que tener en cuenta, además, un factor importante. A los humanos nos transmite más confianza que nos atienda una persona real antes que una máquina en muchos ámbitos, como en el de la medicina. Como resultado, los puestos con habilidades claramente humanas pueden librarse durante un tiempo de ser reemplazados por una IA.