David “Davey” Bauer, de 34 años, es el protagonista de una historia que comenzó con una gripe y terminó con dos implantes mamarios que le salvaron la vida. Vapeador durante años, y fumador durante solo un par de ellos, el hombre contrajo el virus Influenza A, que normalmente debería cursar sin problema en alguien de su edad. Pero la enfermedad se complicó, propiciando una infección bacteriana en los pulmones que resultó ser resistente a los antibióticos. Las bacterias estaban licuando sus pulmones, por los que estos debieron retirarse de su cavidad torácica, a la espera de un trasplante. Pero esto abría las puertas a una complicación poco habitual que solo pudo solucionarse con dos implantes mamarios. Literalmente, ponerse pechos le salvó la vida.

Todo esto ha sido posible gracias a la pionera colaboración entre los neumólogos y los cirujanos plásticos del Hospital de Northwestern, en Estados Unidos. Por supuesto, también gracias a la persona donante de los pulmones y a sus familiares. 

El trabajo en equipo desde prismas muy diferentes ha salvado la vida de un hombre que ahora asegura sentirse orgulloso de los implantes mamarios que llevó durante apenas 24 horas. ¿Pero por qué eran tan necesarios?

Implantes mamarios para poner puertas al corazón

Aunque esta noticia se acaba de dar a conocer en un comunicado del hospital de Northwestern, todo empezó el pasado mes de mayo. Bauer comenzó a sentirse mal y acudió a un hospital de St. Louis, donde se le diagnosticó gripe A. Al ver que no mejoraba, se le realizaron nuevas pruebas, con las que se comprobó que padecía una infección bacteriana a los pulmones. Se procedió al tratamiento habitual con antibióticos, pero la bacteria era resistente a todos ellos.

Los síntomas no hacían más que empeorar; pues, según se veía en las radiografías, la bacteria estaba literalmente comiéndose los pulmones. Antes de que colapsaran, se optó por extirpar lo que quedaba de ellos y prepararlo todo para un trasplante cuando llegase un donante. Pero claro, nadie puede vivir sin pulmones.

Inicialmente se le conectó a una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO). Estos dispositivos son muy habituales en personas que se encuentran a la espera de trasplantes de corazón o pulmones, ya que se encargan de extraer la sangre, oxigenarla, y devolverla otra vez al cuerpo de los pacientes.

La máquina ECMO podía ayudar a mantener el cuerpo sin pulmones durante un tiempo. Pero había un problema. Y es que, al extraerlos, la caja torácica quedaba más espaciosa de lo normal, de modo que se podía producir el desplazamiento del corazón.

Para evitar que esto ocurriera, los neumólogos pensaron en colocar a Bauer dos implantes mamarios. Aunque estos casi siempre se usan con fines estéticos, en este caso podían ocupar temporalmente el hueco de los pulmones para evitar males mayores.

Una clase acelerada de cirugía plástica

Los neumólogos, como es lógico, no están familiarizados con los implantes mamarios. Por eso, recurrieron a los cirujanos plásticos del hospital; quienes, según cuentan en el comunicado, les dieron una clase acelerada sobre tipos de implantes y formas de aplicación.

Tras elegir los que serían más adecuados para el paciente, lo inscribieron en la lista de espera prioritaria de trasplantes de pulmón. Ya solo quedaba esperar, pero no fue necesario hacerlo durante mucho tiempo, pues en solo 24 horas tenían un donante compatible. Se retiraron los implantes, se colocaron los nuevos pulmones y se comprobó que, efectivamente, Bauer ya no necesitaba la ECMO para sobrevivir.

La intervención fue un éxito, aunque, lógicamente, aún le quedaban unos meses de recuperación por delante. Fue dado de alta el pasado mes de septiembre, dejando atrás la pesadilla.

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Varios estudios indican que el vapor del cigarrillo electrónico podría facilitar las infecciones pulmonares.

¿Enfermó por ser vapeador?

No se puede saber con seguridad si el vapeo fue responsable de la infección de Bauer. El hombre era vapeador desde 2014 y él mismo ha reconocido que, si bien lo hizo para sustituir el tabaco, descubrió que, al menos para él, era mucho más adictivo.

Ahora bien, ¿hasta qué punto ha tenido este hábito relación con su enfermedad? No se sabe. Pero sí que es cierto que hay evidencias bastante sólidas de la relación entre el vapeo y las infecciones respiratorias.

Por ejemplo, en 2018 se llevó a cabo un estudio en el que se expuso un cultivo de células pulmonares al vapor de cigarrillo electrónico con o sin nicotina. Otro conjunto de bacterias que sirvió como control no se expuso a ningún tipo de vapor. Después, se pusieron estas células en contacto con bacterias neumocócicas, causantes de neumonía, y se observó cómo se adherían a las células y proliferaban en ellas. Con el vapor del cigarrillo, tanto con nicotina como sin ella, la cantidad de bacterias que se adherían resultó ser el doble que sin vapor. Por lo tanto, parece ser que facilitan la proliferación bacteriana en las vías respiratorias.

Los mismos efectos se han analizado posteriormente tanto en ratones como en humanos, por lo que no parece una casualidad. 

Antes del mes de mayo, Bauer era un hombre sano, que no solía enfermar. Una persona con 34 años y sin patologías previas no debería enfermar tan gravemente por una gripe. Posiblemente pudo haber algo que ayudó a esas bacterias resistentes a aferrarse a esos pulmones. Y no sería raro que ese ayudante silencioso fuese el vapor del cigarrillo electrónico.