Si camináramos durante la noche sobre la superficie marciana, las estrellas no serían las protagonistas de nuestro paseo. La misión ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO) de la Agencia Espacial Europea (ESA) descubrió que en el cielo nocturno de Marte se refleja un fascinante resplandor de color verde. Según sus investigadores, el fenómeno podría llegar a ser tan brillante que sería visible para el ojo humano.
Se suponía que algo así podía pasar en el planeta rojo, pero nunca había sido observado directamente hasta ahora. El cielo verde de Marte ocurre cuando dos átomos de oxígeno se combinan para formar una molécula de oxígeno, a unos 50 km sobre la superficie.
Estos átomos de oxígeno se forman del lado diurno de Marte, cuando la luz del sol divide moléculas de dióxido de carbono. Luego, viajan hacia el lado del planeta donde es de noche. Dejan de ser agitadas por el Sol, se reagrupan y listo: un mágico resplandor verde en las altitudes más bajas.
La ESA dice que sería como el equivalente a ver las nubes iluminadas por la Luna en la Tierra. «Estas observaciones son inesperadas e interesantes para futuros viajes al planeta rojo», afirma Jean-Claude Gérard, autor principal del nuevo estudio, publicado esta semana en Nature Astronomy.
Las pistas detrás del cielo verde de Marte
El cielo verde de Marte fue detectado gracias al monitoreo que realiza la misión TGO, que orbita a 400 kilómetros del planeta. Para este caso, utilizó el canal ultravioleta-visible de su instrumento NOMAD. Esta herramienta cubre un rango espectral que va desde casi ultravioleta hasta luz roja. El equipo detrás de su funcionamiento llevó a TGO hacia el borde del planeta para observar mejor la atmósfera superior.
La luz ver no se queda en lo anecdótico. El resplandor nocturno ofrece pistas clave de los procesos atmosféricos de Marte. Puede proporcionar información sobre la composición y dinámica de una región de la atmósfera difícil de medir. También, sobre la densidad del oxígeno en el planeta rojo.
La ESA explicó en un comunicado que el cielo ver de Marte también puede revelar cómo la luz del Sol y el viento solar —el flujo de partículas cargadas que emanan de nuestra estrella— depositan energía. Todos son datos valiosísimos para las futuras misiones espaciales. La densidad atmosférica, por ejemplo, afecta directamente la resistencia que experimentan los satélites en órbita y los paracaídas utilizados para llevar las sondas a la superficie marciana.
Cielo verde marciano y las auroras boreales
Se parecen, pero no. Las auroras boreales son otro fenómeno que ilumina las atmósferas planetarias. Y se registran tanto en la Tierra como en Marte. Su formación es diferente: las auroras se producen cuando los electrones energéticos del Sol chocan contra la atmósfera superior. Además, varían en el espacio y el tiempo, mientras que el resplandor verde del cielo nocturno de Marte es más homogéneo.
La Tierra también registra un brillo verde como el marciano, solo que es tan tenue que no se puede observar a simple vista. Tanto el resplandor nocturno como las auroras pueden exhibir una amplia gama de colores, dependiendo de qué gases atmosféricos son más abundantes en diferentes altitudes.