Vivía en el desierto, era carnívoro y medía entre 60 y 90 cm de altura. Una nueva especie de dinosaurio se ha descubierto en Brasil, luego de que un grupo de científicos estudiara unas huellas encontradas en la ciudad de Araraquara, en el estado de São Paulo. Luego de años de análisis, pudieron confirmar que las pisadas no coincidían con ninguna otra huella de dinosaurio registrada.
La nueva especie se bautizó con el nombre Farlowichnus rapidus. Se traduce como «huella de Rapid Farlow» y hace referencia a lo veloz que se supone era este tipo de dinosaurio encontrado en Brasil. «De la gran distancia entre las huellas encontradas, se puede concluir que se trataba de un reptil muy rápido que corría sobre dunas antiguas», dijo el Servicio Geológico de ese país en un comunicado.
Las huellas fueron encontradas originalmente en 1980 por Giuseppe Leonardi, un sacerdote y paleontólogo italiano. El material fosilizado estaba en rocas de un antiguo desierto de dunas en una región llamada Formación Botucatu, que abarca parte del sur de Brasil y el norte de Uruguay. En 1984 se donaron al Museo de Ciencias de la Tierra de Brasil para su estudio.
El dinosaurio vivió en el desierto de lo que ahora es Brasil durante el período Cretácico temprano. Entre 100 y 145 millones de años atrás. La Formación Botucatu es una de las zonas más ricas en restos fósiles de actividad biológica de Sudamérica. Sobre todo de icnofósiles de tetrápodos: rastros de animales de cuatro patas, como dinosaurios, cocodrilos o mamíferos.
Las huellas del Farlowichnus rapidus, sin embargo, «son muy diferentes de todas las demás huellas de terópodos conocidas», destacó el informe del estudio, que se publicó en la revista científica Cretaceous Research.
Brasil, una región de varios hallazgos de nuevos dinosaurios
Se cree que los ambientes eólicos, como las dunas, son malos lugares para que se preserven las huellas de animales. El viento puede erosionar rápidamente las huellas, haciéndolas difíciles de encontrar o incluso destruyéndolas por completo. Pero como lo demuestra este nuevo dinosaurio en Brasil, la Formación Botucatu es una excepción a esta regla.
En esta región, los icnofósiles se encuentran en rocas sedimentarias formadas por la acumulación de arena en dunas. Estas rocas tienen una alta concentración de materia orgánica que ayuda a preservar las huellas. Las dunas de la Formación Botucatu también eran húmedas, lo que colaboró con su mantenimiento. La humedad ayudó a que los sedimentos se compactaran y fueran más resistentes a la erosión.
El antiguo desierto de Botucatu estaba habitado por muchos animales, generalmente bastante pequeños, explican los investigadores. Las huellas de tetrápodos indican la presencia de una fauna de dinosaurios bípedos —que caminaban sobre dos patas— de pequeño tamaño en esa región de lo que hoy es Brasil. Posiblemente, vivían alrededor de estanques o zonas de wadi, un área desértica o semidesértica de valles secos o casi secos que solo se llenaban de agua durante lluvias ocasionales.
Las sorprendentes 50 huellas
La región ha regalado ya varias sorpresas a los paleontólogos. El año pasado, también en São Paulo, Brasil, un equipo de geólogos encontró un grupo de huellas de dinosaurios que se cree datan de entre 140 y 174 millones de años, del período Jurásico. Serían las huellas más antiguas encontradas en este país.
Los rastros de dinosaurios de este periodo son más comunes en EE. UU. y otras partes del mundo, pero no suelen encontrarse en Sudamérica. Se descubrieron cerca de 50 huellas, en la región entre Río Claro y Piracicaba. Las dimensiones de las huellas dan cuenta de animales de gran tamaño, de cuatro a seis metros de largo y con un peso de toneladas. Es decir: manadas de dinosaurios adultos y bebés vagaban por esta región.