Martin Scorsese deseaba rodar una película sobre la destrucción — y entre líneas, la hipocresía — del sueño norteamericano y lo hizo. Asesinos de la luna, es una cinta que explora la voracidad de la codicia, la culpa y que se concentra en personajes irredimibles. También, en la violencia como final brutal de una serie de circunstancias históricas que demuestran las diversas capas de la moral y la ética del país. Todo, en medio de la historia del exterminio a balazos de la tribu Osage y la forma como esa oleada de violencia, devastó su herencia.

Por supuesto, no es la primera vez que el director toca temas semejantes. De hecho, buena parte de su carrera cinematográfica, está dedicada a la exploración de la maldad humana y las consecuencias de la falta de límites de consciencia. Con un acento más que evidente en la responsabilidad — o la ausencia de ella — sobre las acciones brutales, Martin Scorsese analiza en profundidad la derrota ética. También, el uso de la violencia como forma de explorar la naturaleza humana. El resultado es un conjunto de películas que, aunque narran historias distintas, comparten las perspectivas acerca del mal contemporáneo. 

Te dejamos cinco películas que te permitirán entender mejor Asesinos de la luna. Ya sea porque abordan los mismos tópicos o analizan a sus personajes desde el mismo punto de vista. Una a una, exploran la forma en que Martin Scorsese analiza los arcos argumentales de sus personajes, contradicciones y al final, su trasfondo ambiguo. Varios de los elementos que han convertido su obra en parte del punto más alto el cine en las últimas décadas. 

Taxi Driver (1976)

Travis Bickle (Robert De Niro) sabe que la sociedad en la que vive — la consecuencia de la guerra de Vietnam — está llena de heridas. La mayoría incurables. Martin Scorsese comenzó lo que sería su largo trayecto por personajes devastados, perversos y al borde de la locura, con esta historia neo noir. Una que, además, explora en Los asesinos de la luna: la debacle del sueño norteamericano de éxito y triunfo. 

Desde la cabina de un taxi, la figura retorcida de Bickle mira a la ciudad de Nueva York como una colección de lecciones depravadas. Lo que le llevará a concluir que la época en que vive, no es otra cosa que una serie de despojos de riqueza y oportunidades. De la misma manera que en su más reciente cinta, el realizador explora con cuidado la pérdida de la fe en un país. Lo que convierte al largometraje en una durísima perspectiva acerca de los lugares oscuros — y a menudo secretos — de la cultura estadounidense. 

Uno de los nuestros

A Martin Scorsese le agradan los gánsteres y en especial, profundizar en las jerarquías tenebrosas del mundo del crimen. Por lo que esta adaptación del libro Wiseguy de Nicholas Pileggi, resultó el escenario ideal para que el director mostrara la degradación ética. 

Con personajes violentos, crueles y cuya mayor aspiración es ser criminales, la película no intenta disfrazar la perversa visión sobre el lado oscuro de la sociedad. Pero más que eso, lo que permite que organizaciones criminales y bandas, puedan prosperar con facilidad. Para Martin Scorsese, no hay héroes, sino villanos llevando sus cargas sobre los hombros, en la medida que evitan ser asesinados o matan para mantenerse a salvo. 

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Sin intentar dar sermones o volverse una exploración sobre la caída en los infiernos de los estadounidenses, Uno de los nuestros es incómoda por lo que plantea. No hay nadie que pueda escapar de la tentación del poder, incluso el que se ejerce por medios turbios. También es frontal al mostrar los principales rasgos malignos de la cultura. Lo mismo que hace — de manera más dolorosa — en Los asesinos de la luna

Casino

También basada en un libro de Nicholas Pileggi, esta cinta relata la ruptura del espíritu optimista contemporáneo, en medio de las tentaciones universales. Para Martin Scorsese, el juego, el dinero y el deseo se equiparan en el propósito de poseer. A la vez, al control — total y con frecuencia cruel —de todas las esferas que se mueven bajo el mundo de lo legal. 

La cinta, con un tono decadente y oscuro que se hace mayor a medida que avanza la historia, muestra cómo las ciudades norteamericanas, ocultan un lado tenebroso. Que, a su vez, refleja a los hombres y mujeres que prosperan bajo ese ámbito, están destinados a la infelicidad y al dolor. No como castigo — el cineasta evita cualquier insinuación de lección moral — sino más bien, como consecuencia directa. 

Al final, de la misma forma que Los asesinos de la luna, Martin Scorsese demuestra que el sistema legal y económico del mundo civilizado, está corrompido. Pero en particular, que en sus grietas, subsiste las posibilidades de prosperar gracias al sufrimiento de otros. Su lección más escalofriante. 

Gangs of New York

El parecido con Los asesinos de la luna es obvio y por más que un motivo. No solo muestra a una Norteamérica rota en pedazos, pobre y poblada de criaturas al borde de la ley. A la vez, analiza como las grandes desigualdades, engendran monstruos imparables, frutos de la ausencia de límites éticos. De la misma manera que lo descubrió el William Hale de Robert DeNiro en Los asesinos de la luna, los personajes de Gangs of New York, saben que la legalidad es una ficción. Una puede ignorarse o en el peor de los casos, subvertirse para beneficio propio. 

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Para Martin Scorsese — católico y obsesionado con la culpa católica — la noción sobre el derramamiento de sangre no es solamente un acto de violencia. Al mismo tiempo, es una alegoría retorcida y angustiosa, acerca de cómo los hombres de cualquier época, pueden ser tentados por la codicia. Un tema al que volverá, una y otra vez, en toda su obra cinematográfica. 

El irlandés

Esta adaptación de I Heard You Paint Houses de Charles Brand, es la más cercana a Los asesinos de la luna de las cintas recientes del director. Con un lúgubre aire de épica retorcida, la historia del submundo de la mafia contada en retrospectiva, es abrumadora. No solo por dejar claro que la maldad moderna es más compleja de lo que podría suponerse. A la vez, por profundizar en cómo un hombre cualquiera, puede volverse un criminal imparable, en las condiciones correctas. 

Tal y como lo hace en Los asesinos de la luna, Martin Scorsese replantea el mundo del crimen. No para justificar sus acciones atroces, sino para mostrar a los hombres que las cometen. Sus motivaciones y propósitos. Al igual que hace en su más reciente cinta, El irlandés recuerda que incluso los peores villanos, tienen una historia que contar. La mayoría de las veces, más humana y dolorosa de la que podría suponerse.