La homosexualidad en animales no humanos es muy común. Tanto entre machos, como entre hembras. A veces se trata de parejas homosexuales estables, otras de simples escarceos sexuales. Pero, lo que está claro es que, al contrario de lo que aseguran algunos sectores conservadores, ser homosexual es algo tan natural como la vida misma. Ahora bien, ¿qué beneficios tiene la homosexualidad?
El sexo heterosexual tiene un claro beneficio evolutivo: la perpetuación de la especie. Por eso se ha mantenido en las especies a medida que han ido evolucionando. ¿Pero qué pasa con las relaciones homosexuales? Esta pregunta se la han hecho muchos científicos y ahora podría tener por fin respuesta, gracias a un estudio publicado por investigadores españoles en Nature Communications.
Este estudio consta de dos partes. Por un lado, cuantifica la homosexualidad en animales. Es decir, hace un repaso por las especies que muestran este tipo de comportamientos y las clasifica. Pero, por otro lado, también busca una explicación. De hecho, han encontrado dos hipótesis: una relacionada con los lazos sociales y otra asociada a la agresividad en adultos.
Homosexualidad en animales: algo de lo más habitual
En realidad, más que en la homosexualidad en animales en general, este estudio se centra en la homosexualidad en mamíferos.
Analizando la literatura científica sobre este tema, sus autores han comprobado que, de las 4.300 especies que componen la clase de los mamíferos, se han observado este tipo de comportamientos en 261, lo cual supone un 4%.
Si vamos adentrándonos en la clasificación, podemos ver que la mitad de las familias de mamíferos han exhibido comportamientos homosexuales y, si ascendemos una escalón, en el orden, que engloba a las distintas familias, hay un 63% de órdenes que incluyen alguna especie con prácticas homosexuales.
Beneficios evolutivos
Si la homosexualidad en animales fuese algo fruto del azar, sin ningún beneficio, al examinar el parentesco entre especies no se encontraría un hilo conductor. No se estaría seleccionando.
Sin embargo, cuando los autores de esta investigación analizaron las distintas ramas del árbol de la vida, vieron que sí que existe ese hilo. Los animales mamíferos con comportamientos homosexuales de los nodos más altos han ido dando lugar a ramas inferiores que han mantenido la homosexualidad. Por lo tanto, eso indica que hay algún beneficio al respecto.
Indagando sobre este tema, los autores del estudio han hecho dos propuestas. Por un lado, se ha visto que las especies con más comportamientos sociales son más propensas a comportamientos homosexuales. Eso indicaría que la homosexualidad en animales sería, en realidad, una forma de estrechar lazos entre individuos. Algo así como en los humanos, de hecho. Con los animales no se puede hablar de amor. Nosotros sí lo llevamos a ese extremo, pero las parejas entre personas homosexuales no dejan de ser el resultado de un vínculo social, exactamente igual que las heterosexuales.
Pero, por otro lado, estos científicos han visto que en las especies en las que hay más propensión al adulticidio, también hay más homosexualidad, únicamente entre machos. Es decir, los machos que tienden a matar a otros machos también son más propensos a tener relaciones homosexuales con ellos. Y esto, de nuevo, tendría una explicación, ya que sería una forma de relajar la tensión. Si le das gustito a otro macho, probablemente se le quiten las ganas de matarte. Es una forma muy simplista de verlo, pero no deja de ser eso.
Lo que está claro es que no se trata de ninguna perversión ni la frustración por querer tener sexo, no importa con quién. La homosexualidad tiene un porqué, como también lo tiene la heterosexualidad. Esto ocurre en muchísimos mamíferos y, por supuesto, también en los humanos.