Últimamente la NASA está tomándose muy en serio lo de los OVNIs. Aunque ya no se llaman así, pues no son objetos voladores no identificados, sino fenómenos anómalos no identificados (UAP por sus siglas en inglés). Básicamente viene a ser lo mismo. Fenómenos observados, normalmente en el cielo, para los que a bote pronto no hay una explicación basada en los conocimientos científicos actuales. En mayo ya se publicó una investigación al respecto sobre las últimas pesquisas de la NASA y ahora acaban de presentar sus últimos avances.

Siguen sin hablar de hombrecillos verdes o platillos volantes, para desilusión de muchos. Pero sí que han informado sobre cuál va a ser su forma de proceder de aquí en adelante con este tipo de sucesos. 

Como ya habían avisado en un comunicado anterior, la NASA ha recopilado unos 800 eventos de este tipo durante los últimos 27 años. Tras su estudio, aproximadamente el 2,5% tienen firmas anómalas, que permiten catalogarlos como UAP, o los antiguos OVNIs. Por otro lado, en los últimos años el ejército de Estados Unidos ha añadido varios avistamientos a la lista. Pero lo que está claro es que las observaciones de UAP de alta calidad son muy pocas, por lo que con los protocolos utilizados hasta ahora era muy difícil intentar obtener información a través de su estudio. 

No son OVNIs

En 1947, el piloto estadounidense Kenneth Arnold se encontraba volando cerca del monte Reinier, en Washington, cuando algo extraño llamó su atención. Según él, nueve objetos en forma de platillos voladores fueron pasando frente a sus ojos para después perderse en la inmensidad del cielo.

Sus declaraciones fueron el pistoletazo de salida de una oleada de avistamientos de estos platillos que, para muchos, eran naves espaciales pilotadas por extraterrestres. Esta fue una de las primeras descripciones de OVNIs aunque, en realidad, el término se acuñó como tal en 1952, cuando las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos pusieron en marcha el Proyecto Libro Azul, dirigido precisamente a estudiar el origen de estos avistamientos.

Desde entonces, han surgido muchas leyendas al respecto. Hay poca información científica fiable y, por supuesto, ni una sola prueba de que esos OVNIs tuviesen un origen extraterrestre. No obstante, la NASA no ha querido mirar para otro lado y, con el tiempo, se ha organizado para dar respuestas a todas esas incógnitas. Lo primero que han hecho sus científicos ha sido cambiar el término. Ya no son OVNIS, sino UAPs o FANIs, en español. No se analizan desde lo sobrenatural, sino con todas las herramientas que brinda la ciencia y siempre desde el escepticismo. Así, poco a poco, podrían ir desentrañando el origen de algunos de esos avistamientos. Sobre todo con este nuevo protocolo.

Satélite, NASA
Se utilizarán datos de satélites lanzados para otras misiones. NASA

Nuevos pasos a seguir

El anuncio de hoy forma parte de la investigación de 16 expertos designados por la NASA en 2022 para el estudio de UAPs. 

Ha sido precisamente este panel de científicos el que hoy ha establecido las bases de su nuevo protocolo a seguir. Este se sostendrá sobre cuatro pilares básicos, que son los siguientes.

Radares y sensores dentro y fuera de la Tierra

Para estudiar OVNIS o UAPs, no solo hay que estudiar el objeto desconocido. También es importante analizar las condiciones ambientales que pueden estar desencadenándolos. Por eso, la NASA quiere prestar atención a los datos de los satélites, sensores y radares que se han instalado dentro y fuera del planeta, normalmente con otros fines. Eso permitirá tener datos mucho más homogéneos, enmarcados en unas condiciones concretas y más fáciles de estudiar. Además, se pueden usar los radares de apertura sintética (SAR por sus singlas en inglés), que obtiene imágenes de una mayor resolución angular.

Inteligencia Artificial y Machine Learning

Hoy en día, la Inteligencia Artificial y el Machine Learning forman parte de muchísimos ámbitos de nuestras vidas. La búsqueda UAPs no podía ser menos. Por eso, estos científicos quieren prestar mucha atención al desarrollo de algoritmos que permitan analizar grandes cantidades de datos, tanto procedentes de las mediciones de los satélites y radares como de registros históricos sobre OVNIs.

Para ello, desde el panel de la NASA insisten en la importancia de que los datos que se introduzca en los algoritmos sean de calidad. Si no, por muy hábil que sea la inteligencia artificial, no servirá de mucho.

Que la población no tema a los OVNIs

El papel de los ciudadanos también es esencial. Por un lado, se debe hacer divulgación del trabajo de la NASA, para que la población deje de verlo como la búsqueda de OVNIs y extraterrestres y entienda que en realidad es algo mucho más científico. Una vez eliminado ese estigma, la propia ciudadanía puede ayudar a través de aplicaciones diseñadas para enviar a la agencia espacial sus propios alistamientos.

La importancia de las fuerzas aéreas para ayudar a la NASA

Los científicos del panel de la NASA cuentan también con el apoyo de todo tipo de trabajadores aéreos. Desde pilotos del ejército hasta controladores de vuelo. Kenneth Arnold no fue el único que reportó un avistamiento. De hecho, en los últimos 47 años se han registrado casi 2 millones de avisos confidenciales de este tipo de trabajadores Unos 100.000 al año. Por eso, se propone que la NASA les brinde asistencia técnica, para aprender a diferenciar aquellos fenómenos que sean de interés y optimizar mucho más la búsqueda.

Con todo esto, se espera tener datos de mucha más calidad en los próximos años. Lo más probable es que no encontremos alienígenas, pero sí podríamos tener datos extraterrestres muy interesantes. La realidad a veces supera la ficción y, quizás, el tema de los OVNIs sea un buen ejemplo de todo esto.