El volumen que los glaciares suizos perdieron durante los calurosos veranos de 2022 y 2023 solo es equivalente al que se perdió entre 1960 y 1990. En dos años, lo que antes llevó al menos 30. Las altas temperaturas han provocado, incluso, la desaparición de muchos de los glaciares más pequeños, reportó Monitor de Glaciares en Suiza (GLAMOS, en sus siglas en inglés).
Los glaciares suizos han perdido este año otro 4% de su volumen. Es la segunda mayor pérdida de su historia, tras el derretimiento récord del 6% del año pasado, resalta el último informe de la organización, que coordina la Academia Suiza de Ciencias.
La pérdida masiva de hielo afectó a toda Suiza: los glaciares del sur y del este de este país se derritieron este año casi con la misma intensidad que en 2022. Es resultado de un invierno con muy bajos volúmenes de nieve y un verano muy caluroso.
La NASA reportó a principio de mes que este último verano en el hemisferio norte había sido el más cálido de toda la historia. Julio y agosto pasado son, hasta ahora, los meses con las temperaturas promedios a nivel global más altas.
El cambio climático impacta en el hielo de los glaciares suizos
El impacto del calor es mayor por la falta de precipitaciones. Los niveles de nieve, por ejemplo, cayeron a un nuevo récord en la segunda quincena de febrero, alcanzando solo alrededor del 30% del promedio a largo plazo. Más de la mitad de las estaciones automatizadas por encima de los 2000 metros, con un mínimo de 25 años de series de mediciones, también indicaron nuevos niveles mínimos récord.
Más de la mitad de los glaciares de los Alpes se encuentran en Suiza. En esta región montañosa, las temperaturas están aumentando alrededor del doble del promedio mundial debido al cambio climático.
Los científicos de GLAMOS, que le hace seguimiento a 176 glaciares, han dejado de medir el hielo de algunos glaciares porque prácticamente no queda nada. Suspendió, por ejemplo, el análisis de glaciar St Annafirn, en el cantón central suizo de Uri, porque ya se ha derretido casi en su totalidad.
«Solo nos quedó algo de hielo muerto», dijo Matthias Huss, director de GLAMOS, a The Guardian. «Es una combinación del cambio climático, lo que hace que estos eventos extremos sean más probables, y la muy mala combinación de extremos meteorológicos».
La emergencia climática global se agrava
La comunidad científica ha insistido hasta el cansancio: es urgente detener las emisiones de gases contaminantes. Es la única forma de evitar que el calentamiento global alcance los 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, incluso si se lograra este objetivo, el pronóstico indica que solo permanecerá un tercio del volumen de los glaciares en Suiza, dijo Huss.
Al menos «habrá algo de hielo en las regiones más altas de los Alpes y algunos glaciares que podremos mostrar a nuestros nietos», comentó el director de GLAMOS. El nivel de deshielo está a la vista. La organización ha descubierto la formación de nuevos lagos junto a las lenguas de los glaciares. También rocas limpias que sobresalen del hielo. Incluso, se han recuperado cuerpos humanos perdidos durante muchos años.
Pero no solo se transforma el paisaje. El hielo, cuando se derrite lentamente en verano, proporciona agua dulce para los ríos de Europa. Muchos cultivos dependen de su suministro. Si no se detiene el calentamiento, casi todos los glaciares de los Alpes podrían desaparecer para 2100.
Pasa en los Alpes, pero también pasa en el Himalaya y en la Antártida. Los glaciares en la región montañosa del Hindu Kush Himalaya, en Asia, se derritieron un 65% más rápido entre 2010 y 2019, en comparación con la década anterior. Y a fines de febrero de este año, el hielo marino antártico alcanzó su extensión más baja desde que comenzaron los registros: llegó al mínimo de 1.789 kilómetros cuadrados.