Los astrónomos están rehaciendo cálculos y los resultados son muy diferentes. Un equipo internacional de investigadores, incluidos astrónomos de la Universidad de Manchester (Reino Unido) y la Universidad de Victoria (Canadá), descubrieron que galaxias como nuestra Vía Láctea dominan todo el universo y son sorprendentemente comunes.
Nuestra Vía Láctea es una típica galaxia de «disco»: su forma es, precisamente, como la de un disco, gira sobre su centro y casi siempre tiene brazos espirales. Ya se sabía que eran las más frecuentes en el universo cercano. Sin embargo, los astrónomos pensaban que este tipo de galaxias eran muy frágiles para existir en el universo primitivo. Es decir, hace un montón de tiempo, más cerca del origen del universo mismo.
Pues, no es tan así. El grupo de astrónomos, gracias al potente Telescopio Espacial James Webb (JWST), encontró que estas galaxias de disco son diez veces más frecuentes. Esto, en comparación con todas las observaciones realizadas hasta ahora. Estas galaxias se remontan a tiempos muy remotos: muchas de ellas se formaron hace 10 mil millones de años o más, de acuerdo con el estudio publicado en Astrophysical Journal esta semana.
«Creíamos que las galaxias de disco eran casi inexistentes hasta que el Universo tenía unos seis mil millones de años», dijo Christopher Conselice, profesor de Astronomía Extragaláctica en la Universidad de Manchester. «Estas galaxias similares a la Vía Láctea se forman casi hasta el comienzo del Universo». Dicho de otra forma, el hallazgo cambia toda la narrativa que teníamos sobre la formación de estructuras en el universo.
¿Qué significa que haya más galaxias como la nuestra?
«La investigación anula por completo la comprensión existente sobre cómo los científicos suponen que evoluciona nuestro Universo… Es necesario considerar nuevas ideas», dice el comunicado de la Universidad de Manchester.
Leonardo Ferreira, autor principal del estudio y profesor de la Universidad de Victoria, explicó que durante más de 30 años se pensó que galaxias como la nuestra eran muy raras en el universo temprano debido a los encuentros violentos comunes que sufrían las galaxias. Se sostenía, hasta ahora, que las galaxias tenían en su mayoría estructuras irregulares y peculiares que se asemejaban a fusiones.
Estas conclusiones se basaban, sobre todo, en observaciones con el Telescopio Espacial Hubble, el hermano mayor del Webb. Sin embargo, las capacidades superiores del telescopio Webb, operativo desde hace un poco más de un año, permiten observar por primera vez estos nuevos detalles de la estructura de estas galaxias. La «verdadera estructura», insiste el grupo del nuevo estudio.
«Con base en nuestros resultados, los astrónomos deben repensar nuestra comprensión de la formación de las primeras galaxias y cómo se produjo la evolución de las galaxias durante los últimos 10 mil millones de años».
Christopher Conselice, profesor de Astronomía Extragaláctica en la Universidad de Manchester.
Que galaxias como la nuestra sean las más comunes, implica que la mayoría de las estrellas del universo existen y se forman dentro de ellas, dicen los responsables de la investigación. Estos resultados también dan pistas de aspectos importantes sobre la materia oscura en el Universo temprano, de la que sabemos muy poco.
Un estudio de 2020, de la Universidad de Arkansas (EE. UU.), plantea que las galaxias como la nuestra tienen más probabilidades que cualquier otro tipo de galaxias de replicar una cualidad única que, hasta ahora, distingue a nuestra Vía Láctea. Son las galaxias de disco donde se supone que hay más probabilidad de que se origine la vida.