¿Es factible la intersección entre la suntuosidad literaria y la gracia de los videojuegos? Mañana, y mañana, y mañana, de Gabrielle Zevin, confirma esa posibilidad y muestra, también, que la mezcla puede ser exitosa. La novela fue elegida como la mejor del año por la revista Time, se llevó el Premio Goodreads en 2022 y lideró las ventas en Amazon. Además, recientemente fue elogiada por Bill Gates. “Nunca pensé que me relacionaría con un libro sobre videojuegos, pero este texto me encantó”, dijo el fundador de Microsoft en su blog personal.

Tomorrow, and Tomorrow, and Tomorrow —este es el título original— irrumpió en escena el año pasado, y recientemente se publicó en España con el sello de Alianza Editorial. En la portada, debajo del colorido título, encontramos la primera descripción: “Una apasionante historia sobre los videojuegos, la amistad y la superación”. Con una prosa atrapante, el cuento nos sumerge en el vínculo entre Sam y Sadie, quienes juntos crean una empresa de entretenimiento digital y alcanzan el estrellato con el juego Ichigo

Igual que ha ocurrido en empresas emergentes que alcanzan la cima, en esta trama aparecen el dinero y la fama, así como las traiciones. Además, sosteniendo los hilos de la narración, hay una historia de amor cautivadora. Cuando a comienzos de este año Gabrielle Zevin presentó su libro en Madrid, dijo que se trata de una novela que cuenta los “años de formación de esta pareja de artistas, y a la vez una historia de los años formativos de la industria de los videojuegos”.

Gabrielle Zevin: “Usé videojuegos toda la vida, pero no los había considerado seriamente”

La neoyorkina de 45 años le cuenta a Hipertextual que los videojuegos la acompañaron a lo largo de toda su vida. “Mi papá era programador en IBM y los primeros juegos que usé estaban precargados en un ordenador de su trabajo, que él trajo a casa”, recuerda. “Por eso, emplearlos como tema de una novela no ha sido para mí algo como un ‘conflicto creativo’, sino lo contrario”.

Portada de "Mañana, y mañana, y mañana", de Gabrielle Zevin. (Crédito: gabriellezevin.com)

Previamente a la escritura de Mañana, y mañana, y mañana, ¿has estudiado a esta industria? ¿Qué tan cerca te encuentras de ese mundo?

Bueno, usé videojuegos toda mi vida, pero jamás los había considerado de manera seria. Es decir, nunca los había visto de la misma forma que a los libros, la música, el teatro y el cine. Para empezar, estudié todos los juegos más relevantes de los últimos 40 años. En el texto aparecen Frogger, Ms. Pac-Man cuando Sam era un niño y Super Mario Bros., entre otros. En ese trayecto, descubrí que la historia gamer estuvo contenida durante mi propia vida. Entonces pensé en la siguiente idea: que el libro cuente la historia de videojuegos en paralelo a la vida de los personajes.

Seguramente has leído la reseña de Bill Gates, en la que dijo que tu novela le hizo recordar los días en los que fundó Microsoft. ¿Qué has sentido al encontrar esos elogios?

Me encantó que resonara tanto con él. Me hizo sentir que he hecho bien mi investigación sobre la fundación de una empresa de tecnología. No estaba pensando necesariamente en Bill Gates cuando escribí la novela. Sin embargo, su historia, su alejamiento de la Universidad de Harvard para fundar una enorme firma de tecnología, es parte del mito estadounidense. No puedes escribir sobre fundadores de tecnología sin haber absorbido la historia de Gates.

En Mañana, y mañana, y mañana, cuentas cómo la fama y el dinero cambian la vida a dos personas. Por fuera de la ficción, ¿el gran éxito de tu novela alteró tu día a día?

Gabrielle Zevin nació en 1977, en Estados Unidos. (Crédito: gabriellezevin.com)

Para comenzar, debo decir que viajé mucho desde entonces. Protagonicé eventos en más de 40 ciudades, desde Tulsa, Oklahoma, hasta Auckland, en Nueva Zelanda. Además: este año, hablé mucho más de lo que escribí.

Considerando que abordas los vínculos entre la literatura y la tecnología, ¿cuál es tu visión respecto a las crecientes capacidades creativas de ChatGPT y otros chatbots basado en inteligencia artificial? ¿Crees que algún día emularán hábilmente la destreza de los mejores artistas?

Serán muy buenos imitando a los escritores, sí. La mayoría de los algoritmos miran esencialmente hacia atrás. Es decir, predicen lo que será en función de lo que ha sido. Son hábiles en la síntesis, la remezcla y la regurgitación. De esta forma, si bien pueden ser creativos, es una creatividad que es recursiva. Todavía no son buenos para proponer cosas verdaderamente nuevas o nuevas formas de ver el mundo.

Los interesados en conocer la obra de Gabrielle Zevin pueden tomar el consejo de Bill Gates. “Ella es una gran escritora que hace que te preocupes profundamente por sus personajes”, asegura el empresario y filántropo, que también nos tienta a conocer qué seguirá en la obra de la escritora. Consultada por Hipertextual acerca de próximos trabajos, la autora remata con una broma astuta y a la vez cruel. “Estoy comenzando una nueva novela. La escribiré, a menos que una inteligencia artificial lo haga antes que yo”.