Un fotógrafo japonés, Atsuyuki Ohshima, ha inmortalizado una escena de lo más cómica, en la que se puede ver a un macaco montando sobre una cierva sika, como un jinete a lomos de su caballo. No es una escena excepcional, pues este tipo de comportamientos ya se han descrito en varias ocasiones. Pero sí es de las fotos más originales que se han captado de este momento.

Los macacos son animales con bastantes comportamientos similares a los humanos. No solo por imitar un paseo a caballo. También por darse baños en supuestos jacuzzis o realizar actos sexuales muy parecidos a los nuestros.

En este caso, su comportamiento con los ciervos sika tiene una explicación simbiótica. Es decir, ambas especies se benefician. Por un lado, los ciervos comen la fruta que los monos dejan caer. Además, los macacos los acicalan, siendo esto un beneficio para el ciervo, pero también para el primate, que se alimenta de los insectos que le retira. Y, por supuesto, le ayuda a transportarse de un punto a otro con un esfuerzo mínimo. Todo son ventajas para ambos. Aunque es cierto que a veces los macacos van con intenciones mucho menos inocentes e intentan montar a los ciervos en el otro concepto de la palabra. Mucho más sexual que relacionado con el transporte. No es el caso en esta foto que Ohshima ha presentado al concurso de Fotógrafo de Vida Silvestre del Año. Aquí, ambos ganan. Y quizás también gane el fotógrafo; pues, sin duda, la instantánea merece, al menos, quedar entre los primeros puestos.

Una bonita relación entre el macaco y el ciervo sika… normalmente

El ciervo sika es una especie propia del extremo oriente, cuyo hábitat se extiende desde Siberia hasta Vietnam, pasando por Japón, Taiwán y varias islas del océano Pacífico.

Por lo tanto, está acostumbrado a vivir cerca de los macacos japoneses. Esto les ha llevado a crear esta bonita relación simbiótica en la que el mono se engancha de una rama, se impulsa y se sube a lomos del ciervo. Una vez allí, la relación es la que hemos contemplado.

Sin embargo, a veces las hembras adolescentes de macaco tienden a realizar movimientos pélvicos de índole sexual posadas sobre los ciervos. Se cree que lo hacen porque se sienten demasiado vulnerables para emprender un acto sexual con machos de su especie, que podrían hacerles daño con sus movimientos violentos de apareamiento.

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Los ciervos, en cambio, se quedan quietos, por lo que ellas desfogan y no se sienten amenazadas.

Otra opción es que lo hagan simplemente porque los machos maduros no las aceptarán, por lo que necesitan explorar su sexualidad de otra forma. Los ciervos están tan acostumbrados a llevar macacos sobre su lomo que no se extrañan ni se incomodan cuando lo hacen con este fin. Se quedan tranquilos, y así las hembras jóvenes pueden ir cogiendo práctica para cuando sí que las acepte un macho maduro. 

macaco y ciervo
La foto se ha presentado al Concurso de Fotógrafo de Vida Silvestre del Año. Crédito: Atsuyuki Ohshima

Un concurso anual

Esta es la edición número 59 del Concurso de Fotógrafo de Vida Silvestre, organizado por el Museo de Historia Natural de Londres. Este año, los jueces tendrán que valorar un total de 49.957 fotos, procedentes de 95 países diferentes. De todas ellas, se seleccionarán 100 fotos, que serán expuestas en el museo a partir del 13 de octubre. ¿Veremos a este simpático macaco en la exposición?

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