Una nueva expedición pretende llegar y entrar a los restos del Titanic. Está planificada para mayo de 2024 y su intención es tomar fotografías de la nave, incluso de su interior. La empresa que está organizando la exploración también ha dicho que quiere recolectar objetos de valor. Sin embargo, el gobierno de EE. UU. busca impedirlo, porque considera que los restos del naufragio son equivalentes a un lugar sagrado.
La expedición está organizada por RMS Titanic Inc., una compañía con sede en Georgia que es propietaria de los derechos de salvamento del naufragio. Un tribunal federal le habilitó en 1994 como la única empresa autorizada para recuperar artefactos del lugar donde están los restos del Titanic.
Tienen varias exposiciones en EE. UU. con los artefactos recuperados. En ellas exhiben cubiertos, algunas joyas, ropa y hasta una pieza del casco del barco. La empresa dice que ha recuperado y conservado miles de objetos en los últimos años. La nueva polémica ocurre apenas dos meses después de que el sumergible de la empresa Titan implosionara cerca de la zona donde está el trasatlántico.
Pero la queja del gobierno nada tiene que ver con este accidente. Estados Unidos teme que se dañe la estructura y los artefactos históricos. También ha advertido que todavía podría haber restos humanos, consecuencia del accidente que en 1912 mató a cerca de 1.500 personas. Las autoridades, además, argumentan a su favor que alterar los restos del Titanic está regulado por un acuerdo internacional con Gran Bretaña, aparte de la ley federal.
Una batalla legal por la expedición del Titanic
«RMST no está libre de ignorar la ley federal válidamente promulgada, pero esa es su intención declarada», señalaron los abogados del gobierno en documentos judiciales presentados el viernes pasado, informó AP. La expedición al Titanic, agregaron, violaría «las protecciones que el Congreso le otorgó».
RMST dijo que «trabajaría en colaboración» con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, la agencia gubernamental que representa el interés del público en los restos del naufragio. No obstante, la compañía aclaró que no piensa esperar a que esta oficina le otorgue un permiso, de acuerdo con un informe que presentó en junio pasado.
La empresa dijo que el deterioro en los restos de la nave ha abierto abismos tan grandes que le permitirían operar un vehículo en su interior sin cortar la estructura. Su principal interés es visitar la sala Marconi.
Quieren extraer de este lugar la radio del barco: el telégrafo inalámbrico que transmitió las desesperadas llamadas de socorro luego de que el Titanic chocara contra el iceberg. Gracias a estas señalas de auxilio, cerca de 700 personas fueron rescatadas del naufragio por otras embarcaciones cercanas. RMST dijo que quiere exhibir la radio junto con historias de los hombres que emitieron estas alertas.
RMST y el gobierno de EE. UU. ya se había peleado en 2020, por otra expedición que podía haber alterado los restos del Titanic. Sin embargo, la pandemia frustró tanto la misión como el proceso judicial.