La pastilla del día después es un método anticonceptivo de emergencia. Es decir, solo debe usarse cuando los métodos convencionales fallan, por ejemplo por la rotura del preservativo. Esto es así porque tiene efectos secundarios muy intensos, que además pueden ser peores si se usa con frecuencia. Nunca debe usarse como método anticonceptivo principal. Ahora bien, cuando no queda más remedio que usarlo, lo deseable es que, ya que la primera barrera ha fallado, esta sí funcione. Hace años se calculó que la píldora más usada, la que se basa en levonorgestrel, tiene un 95% de eficacia. No obstante, con el tiempo se ha visto que puede ser mucho menos eficaz, de ahí que se hayan buscado otras posologías o trucos para mejorar los resultados. Y uno de ellos parece ser algo tan curioso como tomarla en combinación con un antiinflamatorio: el piroxicam.
Este es un antiinflamatorio no esteroideo, que a menudo se toma para prevenir los dolores de la artritis. Su seguridad está muy bien estudiada, por lo que no habría que empezar con ensayos clínicos desde cero, como con un fármaco nuevo. Además, es un medicamento aprobado, con un uso extendido por muchos países.
Por eso, aunque aún habrá que investigar en mayor profundidad, esta combinación podría ser el empujoncito que necesita la pastilla del día después para funcionar mucho mejor. Manteniéndolo como anticonceptivo de emergencia, por supuesto.
¿En qué consiste la pastilla del día después?
La pastilla del día después es un fármaco que retrasa la ovulación, pues este es el punto del ciclo menstrual más favorable para que se produzca la fecundación.
Hay muchas sustancias que se pueden utilizar con este fin, aunque las más usadas son el acetato de uristilo y el levonorgestrel. El primero requiere receta médica, mientras que el segundo puede venderse libremente en las farmacias, de ahí que sea el más usado, en España y en otros muchos países.
Es un progestágeno sintético o, lo que es lo mismo, una hormona sintetizada en el laboratorio que imita los efectos de la progesterona. Y es aquí donde reside su efecto. El ciclo menstrual va pasando por varias fases, marcadas por los picos de hormonas que van disminuyendo y aumentando. En el caso de la ovulación, se desencadena cuando caen los niveles de progesterona. Por eso, si artificialmente se suministra una dosis muy alta de la hormona, no podrá producirse la ovulación.
La eficacia del levonorgestrel
Los datos disponibles sobre la eficacia del levonorgestrel proceden de un ensayo clínico realizado en 1998, en el que se conciyó que previene el 95 % de los embarazos esperados cuando se toma dentro de las 24 horas de las relaciones sexuales sin protección, el 85 % si se toma dentro de las 25-48 horas y el 58 % si se toma dentro de las 49-72 horas.
Sin embargo, estudios posteriores, y la propia evidencia clínica, han mostrado que estas cifras podrían ser bastante peores.
Por eso, un equipo de científicos chinos ha estado estudiando combinaciones con otros fármacos hasta concluir que el piroxicam podría ser una opción. Tanto este como otros antiinflamatorios no esteroideos ya se habían estudiado por vía intravaginal para interrumpir la ovulación. Sin embargo, hasta ahora no se había analizado su papel en combinación con la pastilla del día después.
Para hacerlo, los autores de esta investigación contaron con 860 mujeres que solicitaron anticoncepción de emergencia en una clínica de Hong Kong. A todas ellas se les dio una dosis de levonorgestrel de 1,5 mg, combinada con otra pastilla. En la mitad de las participantes, esta contenía 40 mg de piroxicam, mientras que en la otra mitad se trataba de un placebo. Ellas no sabían a qué grupo se les había asignado, por lo que era una ensayo aleatorio y cegado.
Después se les hizo un seguimiento y, si no tuvieron la menstruación cuando procedía, se les realizó un test de embarazo. De este modo, se vio que, de las que solo tomaron la pastilla del día después en las 24 horas posteriores a las relaciones, se previnieron el 63% de los embarazos. Sin embargo, en combinación con el antiinflamatorio, el porcentaje subió hasta el 95%. En cuanto a los efectos secundarios, apenas hubo diferencias.
Algunas limitaciones
Todo esto lleva a pensar que podría ser una opción muy útil para mejorar los resultados de la pastilla del día después. Habrá que seguir estudiándolo; pues hay limitaciones, como que la mayoría de participantes eran asiáticas, con un índice de masa corporal por debajo de la obesidad. Dado que la pastilla del día después resulta menos eficaz en personas obesas, sería necesario ver qué tal funciona la combinación. De cualquier modo, por ahora, parece que estos científicos van por un camino interesante.